Una batalla, que no la guerra

Mal comenzaron las cosas para Mercaleón en su primer partido de la eliminatoria de cuartos ante el Viladecans. En un pabellón pequeño pero bastante lleno de un público muy animoso, las jugadoras leonesas se mostraron muy descentradas, mientras el Viladecans explotaba el arma del contragolpe rápido para ir adquiriendo ventajas cada vez más importantes en el luminoso. Pese al espléndido trabajo de Sara Castillo, la base del equipo del Mercaléon, que controló bien el ritmo del partido, el resto de sus compañeras no se mostraron tan afortunadas y el primer cuarto se convirtió en un suplicio. León no cerraba bien el rebote, y en especial en ataque conseguir una captura era misión casi imposible, lo que aprovechaba el conjunto de Viladecans para atacar a León donde más daño le hacía, con unas transiciones muy veloces que llevaron el marcador a un 24-12 peligrosísimo ante las malas sensaciones del equipo. Cambio de decoración El segundo periodo fue otra historia. Las jugadoras de Miguel Ángel Estrada apretaron las tuercas en defensa, a costa de aumentar en mucho la cuenta de faltas personales. Poco a poco, las leonesas fueron recortando las distancias de un Viladecans que sufrió un monumental atasco en su juego de ataque. Sólo Judit Viñuelas, pívot local pero con buena muñeca, como demuestran sus dos aciertos desde más allá de la línea de tres, mantenía en ventaja a un equipo que anotó, en estos diez minutos, exactamente un tercio de los puntos de los anotados en el primer periodo. El juego ofensivo de Mercaleón tampoco era un dechado de claridad, pero poco a poco fue recortando diferencias hasta el 32-25 del intermedio, un marcador muy corto y señal perfecta de la tensión y la responsabilidad que afectó por igual a catalanas y leonesas. En el tercer cuarto, las locales comenzaron a practicar un baloncesto control jugando con fuego, ya que las ventajas nunca eran superiores a los siete puntos. El equipo leonés comenzó a notar el desgaste físico de tener que presionar más al rival y apretar en defensa en busca de la remontada. A pesar de ello, Sara Castillo siguió dando un recital en la dirección del equipo, pero al final del tercer cuarto sólo se había podido recortar en un punto la distancia que llevaba a su favor el quinteto de Viladecans (49-43). El último periodo resultó desesperante para los intereses de las leonesas. El conjunto de Estrada lo dio todo, pero no había manera, ya que cuando la presión se hacía más fuerte, las catalanas tenían un recurso infalible para salir de apuros, enviando el balón sobre una de las dos pívots, Viñuelas o Soler, pues entre las dos podían con la zaga visitante. Viñuelas añadió dos triples más a su casillero, demostrando que puede anotar casi desde cualquier posición. Por ello, los intentos de Mercaleón se iban haciendo cada vez más a la desesperada, de lo que se resentía la selección de tiro de la escuadra visitante. A un punto llegaron a colocarse las visitantes, pero el equipo barcelonés demostró tener sangre fría y supo manejar las situaciones tensas del partido, ya que en ese instante respondió el Viladecans con un triple. Se llegó al tramo decisivo con unas ventajas en torno a los diez puntos que permitieron a las locales anotarse la victoria sin excesivos nervios al final, doce arriba.