Gonzalín no, ahora es don Gonzalo

Estrella por un día, así es el fútbol. La cosa periodística apenas había reparado en su presencia y ayer, sin embargo, fue el hombre más solicitado por los medios de comunicación. Tan cruel como lógico es este negocio que no entiende de sentimentalismos. Seguramente tampoco Simón, que tendrá sus razones para disponer una alineación. El caso es que hasta la batería de su móvil dijo basta cuando nos atendía camino de Ponferrada. Es el precio de la gloria. Que a Gonzalo le salgan bien las cosas y, sin ánimo de ofender a ninguno de sus compañeros, resulta especialmente gratificante porque es un claro ejemplo del cariño total hacia unos colores. Simón prefirió que se curtiera en el filial y él aceptó sin rechistar, huyendo de absurdas vanaglorias personales. Ahora recoge sus frutos y ojalá que tenga muchas más tardes de triunfos, por él y por la Deportiva. Y ya no verán nunca más a Gonzalín en una alineación. Pregunten por don Gonzalo.