La rebelión de los suplentes

El fútbol suele ser generoso con los que apuestan por él. Cuando pasan las jornadas y un jugador se ve postergado, un día sí y otro también, al banquillo o a la grada, lo más fácil es tirar la toalla. No es el caso de los dos protagonistas de esta feliz historia. Gonzalo y Yiyo apenas han disfrutado de unos minutos esta temporada. Sin echar mano de las estadísticas, será difícil que entre los dos llegaran a completar ni siquiera un partido íntegro. Pero el domingo, Simón decidió que el canterano ocupara el puesto que, en principio, parecía destinado al emeritense Ramón Pereira y Gonzalo no le defraudó. Cuentan las crónicas que el ponferradino se marcó un partidazo y además lo aderezó con el gol de los que se ven sólo de vez en cuando, aunque él se quita mérito «creo que no fue para tanto, el balón quedó rebotado sobre el punto de penalti y yo rematé a la media vuelta y con la suerte de que se coló por la escuadra». Pero al margen de ese tanto, que para Simón es comparable a alguno de los que firmaba Hugo Sánchez en su época de madridista, Gonzalo no esperaba jugar de mano «fue una sorpresa la titularidad, había jugado de titular en Puente Castro el jueves, pero pensé que era normal porque tuvimos más minutos los que no jugábamos habitualmente». Había que saber qué sintió él cuando el míster le dijo que iba a jugar «nada especial, sólo traté de concentrarme a tope y de lo que sí me doy cuenta es de la ayuda que me ofrecieron todos los compañeros con sus ánimos en la caseta». El próximo domingo en el Toralín y frente al Alcorcón, Gonzalo quiere volver a jugar, pero si le dijeran que tiene que bajar al filial «lo aceptaría sin más, son los técnicos los que toman las decisiones y yo estoy aquí para acatarlas». En circunstancias parecidas andaba Yiyo hace unas horas. El extremeño, igual que Gonzalo, ha rumiado en silencio su frustración de suplente habitual. El domingo no fue muy distinto en realidad porque sólo jugó diez minutos, pero le supieron a gloria «ya era hora de que pudiera hacer un gol y tener un día feliz, para mí marcar fue muy importante, lo necesitaba desde el punto de vista anímico». Igual que su compañero, Yiyo espera vivir un tramo final de liga un poco más dulce de lo que está siendo la temporada «a ver si las cosas salen bien me dan más minutos, pero tampoco me hago muchas esperanzas porque a estas alturas...». Dios dirá, pero que les quiten lo «bailao».