Los villanos retornan como héroes
El alemán Jan Ullrich, el italiano Marco Pantani y belga Frank Vandenbroucke, tras muchos meses sin poder disputar pruebas oficiales por asuntos de dopaje, han vuelto a la competición y lo han hecho con ganas como lo demuestran sus excelentes p
El calvario de Pantani comenzó en el Giro del 2001 y desde entonces sus «etapas» han sido los despachos de jueces y abogados. Tras muchos meses de meditación, afortunadamente, no arrojó la toalla y ha vuelto al ciclismo. Su último triunfo fue en el año 2000, en una etapa en el Tour. Una situación similar ha vivido Jan Ullrich, ganador del Tour 1997 y en cuatro ediciones segundo, pues su calvario comenzó en febrero del pasado año. Primero con problemas en una rodilla, nuevo con la policía alemana al conducir en estado de embriaguez y provocar un accidente lo que le supuso la retirada del permiso de conducir por un año. Dos hechos que le retrasaron su preparación para su gran objetivo del año: el Tour de Francia. Los problemas se le fueron acumulando y en el mes de junio, tras la resaca de una fiesta, en un control sorpresa da positivo. Fue el detonante para que su equipo de toda la vida le rescindiera el contrato. Unos meses de angustia con una nueva operación en su maltrecha rodilla derecha en el mes de agosto y comunicado oficial de la UCI de retirada de licencia hasta el 23 de marzo. Mucho tiempo de rehabilitación y de negociaciones con las pocas ofertas de equipos que tenía, hasta que el Coast que dirige el español Juan Fernández lo repesca para la competición en enero. Algo parecido ha padecido la considerada promesa belga Frank Vandenbroucke, un corredor con un inicio prometedor, pero que poco a poco se fue descuidando y su nombre sólo terminó apareciendo en los medios por sus problemas de tráfico de estupefacientes y asuntos de sentimentales. Afortunadamente para el deporte de la bicicleta parece, tras su comportamiento en su nueva era, parece que están reciclados y con ganas de dar espectáculo.