El equipo se centra en la Liga como terapia más efectiva contra la eliminación
Al Valencia le queda poco más que la resignación
El Valencia regresó ayer miércoles a los entrenamientos con el fin de preparar el fundamental choque del próximo domingo ante el Alavés, en Mestalla, y de centrarse en la Liga como terapia de la depresión sufrida con la eliminación ante el rácano Inter de Milán en cuartos de final de la «Champions». Dirigentes, cuerpo técnico y plantilla culpan a la mala suerte, al inmenso portero Toldo y al árbitro danés Nielsen del K.O, y rechazan hablar de fracaso. Han asumido la necesidad de hacer piña para recuperar un puesto entre los cuatro primeros que, tras la eliminación del Barcelona ante el Juventus, garantiza plaza en la próxima Copa de Europa, o al menos en la eliminatoria preliminar. El técnico Rafa Benítez, que pese al fin de trayecto europeo esta vez se mostró orgulloso de la actitud de sus jugadores, concentró al equipo a las diez y media de la mañana en la Ciudad Deportiva. Los que salieron como titulares ante los lombardos hicieron un trabajo específico de recuperación, al margen del resto. La única excepción fue el italiano Carboni, que sí saltó al césped para realizar carrera continua. La mejor noticia fue ver como el argentino «Kily» González evoluciona favorablemente de su lesión y corrió junto con el fisioterapeuta con aparente normalidad. En dos semanas, el centrocampista de la albiceleste podría regresar a la dinámica del equipo, que espera contar con su concurso en el tramo final de temporada.