Por una canasta

Dos puntos, tan solo dos puntos, una mísera canasta, han decantado la primera victoria del play off del lado bilbaíno. En este primer encuentro, o eliminatoria al mejor de tres partidos, de un total de cinco, como en el tenis se juega los mejores torneos, Baloncesto León se quedó con la miel en los labios. Lástima de primer intento fallido, porque de lo que se trata en estos lances es de ganar el factor cancha para decidirlos a favor de ambiente, muy importante, posiblemente decisivo. Queda una segunda oportunidad hoy, para regresar a León con la posibilidad de resolver la eliminatoria a favor de cancha y ambiente, de lo contrario luego, en el mejor de los casos, habría que volver a La Casilla para con el aval de la victoria -muy difícil- acceder a las semifinales donde, otra vez al mejor de cinco partidos se jugará el premio gordo del ascenso, el retorno a la ACB, el paraiso perdido y tenazmente buscado en las últimas temporadas. La opinión de los «sabios» de la cosa baloncestística, tiende a considerar como muy difícil la posibilidad de que un equipo venza a otro en dos partidos seguidos. Hay que agarrarse a tal opinión, aunque sea piedra ardiente, porque de lo contrario la eliminatoria se pondría en el mismísimo alero de lo posible, ya que entonces de lo posible a lo imposible cobraría carácter de epopeya. Por eso hay que poner toda la carne en el asador en el partido que puede dar o quitar ilusiones y esperanzas. El resultado del primero una sola canasta de diferencia hace que la llama de la esperanza siga viva. Si Baloncesto León se juega hoy mucho en Bilbao, la Cultural se lo jugará el domingo en Canarias frente al Pájara Playas. Los buenos deseos de todos, particularmente del entrenador culturalista, para finalizar la fase regular ocupando plaza de premio, pasan por solventar positivamente los dos partidos próximos. Este comentado, frente al Pájara Playas de gandía, y el siguiente en el Nuevo Amilivia ante el Zamora. Dos partidos dos victorias y el horizonte se despejaría notablemente. Porque, aunque los adversarios aspirantes están siguiendo la línea quebrada en sus actuaciones, lo cierto es que cada vez el margen de error se estrecha hasta difuminarse en una línea de mínimo grosor. Es el momento indicado para despertar con fuerza de la «modorra» reflejada en los últimos seis partidos, romper la pésima racha de empates y derrotas, saliendo de ellos con la diáfana claridad de una victoria que sirva de eficaz carburante para que el motor del equipo funcione, convenientemente revolucionado, en las últimas jornadas. La Cultural, al margen buenas palabras, mejores deseos y loables intenciones tiene, debe y puede pasar de la utópica teoría a la práctica de la realidad medida en victoria que pueda ser el decisivo punto de apoyo de la palanca que impulse a la Cultural a estar entre los elegidos.