El Barcelona toma aire en la Liga
El Barça dejó al margen la resaca de la eliminación europea para derrotar a la Real Sociedad (2-1) en un insulso partido. Dos destellos de calidad de los azulgrana bastaron para superar a un rival que no tuvo su día mostrando una desconocida fa
El Barça ni fu ni fa. Salió con novedades. Víctor Valdés y Cocu entraban en liza en los azulgrana que temían acusar las bajas de Puyol, Xavi y Luis Enrique. La Real Sociedad apagada. Saltó extrañamente reservona, sin agresividad y sin garra. Un estado de ánimo inusual para un conjunto que aspira a conquistar el título liguero. La primera mitad se trazó por el camino del aburrimiento. Los dos excelentes tantos de los azulgrana tampoco sirvieron para animar el cotarro. Y eso que Sorín ya había avisado en el primer minuto. El Barça se apoderó del balón ante una Real que no mordía como es habitual lejos de Anoeta. Ante tanta pasividad, Riquelme decidió encender los ánimos enhebrando una asistencia de ensueño que Saviola no erró. Mientras la Real seguía acrecentando su baja intensidad, el público hizo evidente su malestar con Kluivert. El holandés era examinado en cada jugada. La nota no era muy alta pero, como suele pasar en estas ocasiones, el silbado decidió corregir su sabida falta de puntería para materializar de espléndido testarazo el segundo tanto azulgrana. Juego cómodo El Barça estaba cómodo. Sin hacer nada del otro mundo dominaba el partido. La Real era un espejo donde los azulgrana se reflejaban sin pasar ningún apuro de no ser por Víctor Valdés. El joven canterano las pasaba canutas con el balón en los pies. Incomprensiblemente nervioso, un mal rechace del meta estuvo a punto de convertirse en gol tras rebotar en Kovacevic. Acción que precedió a los tantos locales y que persiguió a Valdés el resto del encuentro. La Real despierta con retraso El despertador de los guipuzcoanos sonó instantes antes del descanso. La Real recuperó la posesión aunque acusaba su falta de mordiente. Llevaba cuarenta minutos de retraso. Nihat y Kovacevic dieron los primeros avisos. Los donostiarras mejoraban aunque a marchas forzadas. Todo ello con el beneplácito de un Barça incapaz de recuperar el balón y conservarlo. El cambio de papeles recordaba que los azulgrana arrastraban la prórroga de la Juventus. Sin gasolina, el Barça estaba a merced de su adversario. Una Real insólita para un partido soporífero. Parecía imposible que los visitantes recortaran al distancia. Tanto que Raynald Denoueix prescindió de un ausente Kovacevic para dar entrada a De Paula. La Real pagaba su salida en falso ante un triste rival que llevaba una eternidad sin poner en apuros a Westerveld. Cuando parecía imposible que los donostiarras batieran a Valdés, Nihat se alió con la suerte. El turco lanzó una falta, provocada por él mismo, que tras rebotar en Kluivert se incrustó en la red de los azulgrana. El Camp Nou se temía lo peor. Otra vez contra las cuerdas. Diez minutos de ansiedad dieron paso a la satisfacción. Valdés detenía el disparo de Xabi Alonso. El Barça sumaba tres puntos de oro para acercarse al objetivo UEFA. La Real sufría un serio traspiés en su camino hacia el título. Todo ello después de una noche para olvidar.