La afición por la pesca de ciprínidos también se pone de moda en la provincia
Carpas, barbos y... tencas
Nunca ha sido León una provincia con gran afición por la pesca de ciprínidos. Pese a contar con magníficas aguas para estos peces la trucha les ha relegado a un segund
La pesca de ciprínidos suele practicarse al coup utilizando cañas largas, entre las que se encuentran las enchufables, y diversos tipos de flotador. Apenas requiere movilidad, pues el pescador escoge un lugar y apenas cambia de sitio durante toda la jornada. Contrariamente de lo que piensan muchos pescadores, esta modalidad requiere muchos conocimientos y las técnicas, incluidos los materiales, son muy sofisticadas. Para iniciarse, sin embargo, basta una sencilla caña de cuatro o cinco metros, un sedal, unos plomos y un flotador que servirá para detectar la picada. Nada que no pueda hacer un niño y de ahí que la mayoría de pescadores veteranos hayan empezado pescando ciprínidos en las orillas del Bernesga, del Torío o del Sil. Los ciprínidos se capturan, habitualmente, utilizando diversos tipos de cebo. Los cebos animales van desde el gusano del fango, lombrices de tierra, gusarapas y larvas de río a las hormigas y moscas domésticas. Los cebos vegetales, más usados habitualmente por su fácil manejo, van desde el trigo o el maíz a las pastas elaboradas con harina o miga de pan o a la patata cocida. En los lugares donde está permitido resulta muy provechoso el cebado de las aguas, que atraerá a los peces y facilitará que sean capturados. Para los pescadores veteranos que han perdido con los años parte de sus facultades físicas, esta pesca resulta muy atractiva. También para los niños que se inician en este arte y deben comenzar desde abajo. En todos los cursos bajos de los ríos leoneses y en todos los embalses y lagunas abundan los ciprínidos y es relativamente sencillo encontrar un lugar para pescar. El embalse de Bárcena, cerca de Ponferrada, es sin duda el paraíso de las carpas. Conseguir ejemplares de varios kilos de peso no es difícil aquí, sin olvidar que una buena jornada puede suponer la captura de numerosos peces. Los cursos bajos del Esla y del Órbigo albergan grandes poblaciones de barbos. Las bogas, sin embargo, casi han desaparecido de estos lugares si bien se conservan en los pantanos. En Vegamián o Riaño, durante el mes de junio, las bogas y los cachos aparecen de forma masiva, remontando el río para desovar. Las colas de los pantanos son auténticos hervideros de estos peces en esta época, y son muchos los aficionados que los pescan. Pero es la tenca, sin duda, la especie preferida para los aficionados que comparten el placer de pescar con el de degustar una buena merienda. Aunque habita los fondos fangosos tiene la tenca un sabor realmente muy agradable si las aguas son limpias y es, bien cocinada, un manjar excelente que algunos pescadores prefieren al de la trucha, más insípida. Las normas de pesca establecen un cupo de doce capturas de cada especie por pescador y día, aunque es bien cierto que no prohibe tener más ejemplares vivos en un rejón siempre que, al finalizar la jornada, sean devueltos a las aguas de las que fueron sacados.