BALONCESTO
Noche de delirio en el Sant Jordi
El destino es así de caprichoso. De otra forma no hubiera sido igual... Tanta ansiedad por ganar el máximo título europeo, una «leyenda negra» de casi veinte años llena de frustraciones y todo para acabar en el Sant Jordi. Los precede
Quince mil personas saltaban alborozadas desde que faltaba minuto y medio para terminar el partido. Habían tomado la decisión de que eran campeones. Ese tiempo de juego se prolongó más de cinco minutos; algunos, los más agoreros, incluso barruntaron la tragedia, pero el destino estaba marcado: El Barcelona era campeón de Europa. Un suicidio a distancia fue el error del Benetton: su impresionante comienzo en el lanzamiento lejano (3 de 4 en triples en el primer cuarto) le llevó a abusar de ese tipo de lanzamientos. Fue cavando su tumba a medida que pasada el partido: 0 de 6 (segundo cuarto), 1 de 8 (tercer cuarto) y 0 de 7 (en el último). El Barcelona fue mucho más sensato en su planteamiento: Bodiroga no pudo nunca con Pittis, pero se sentaba éste a beber agua y el yugoslavo se jugaba casi todas las posesiones de su equipo para encestar. El conjunto de Pesic hizo valer su poderío físico (30 rebotes por 18) para convertir su zona en un terreno inexpugnable, donde cualquier adversario que osaba entrar podía comprobar, de pronto, que el aro desaparecía ante tantos y tan largos brazos azulgrana. Venció el mejor equipo, el más fuerte, el más cerebral, el que supo llevar el choque a su terreno. El Benetton pagó su abuso en los triples. El primer cuarto resultó de tanteo y muy equilibrado. La concentración de ambos equipos se veía en las estadísticas de ese periodo: el Barcelona logró 8 de 9 intentos de dos puntos; el Benetton, 3 de 4 triples. Fue en el segundo cuarto cuando el equipo de Pesic impuso su dominio, aunque tras el descanso el cuadro italiano intentó sorprender en la reanudación con más presión defensiva y mayor velocidad. Llegó el empate, pero regresó Bodiroga a la cancha y el Barça volvió a irse muy inspirado en los triples. Bodiroga repite como MVP El yugoslavo fue elegido mejor jugador (MVP) de la final, tras anotar 20 puntos, lograr ocho rebotes y dar dos asistencias. Bodiroga repite el título alcanzado con el Panathinaikos el año pasado.