Diario de León

OPINIÓN

Michel, Raúl y la Juve

Publicado por
Luis Villarejo
León

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Del famoso pique Raúl-Vierchowod, aquel que enfrentó a un niño de 18 años contra un veterano de 37, pasando por el discurso histórico de Michel en aquel funeral que fue el vestuario de Delle Alpi en el año 96, y llegando a la catarata de goles que puso Jupp Heynckes en el vídeo del hotel la víspera de «La Séptima» en Amsterdam, un partido Real Madrid-Juventus siempre está salpicado de historias para el recuerdo. Seis de marzo de 1996: Raúl y Vierchowod se amenazan en un duelo en el que ambos se perdonan la vida. Aquella foto dio la vuelta al mundo. Raúl, un chaval que promete, se atreve a encararse con Pietro Vierchowod, un duro central que consume sus últimos minutos de fútbol en activo. Al día siguiente, Raúl y Valdano coinciden casualmente en un rincón del hotel Eurobuilding en Madrid. Valdano hace ya 46 días que ha sido destituido como entrenador. Es ya un espectador de lujo en la tribuna del Bernabéu. Después de un abrazo, comienza la conversación. - ¿Cómo te atreviste a encarar a Vierchowod? ¿Sabes que podría ser tu padre? - No, Jorge. No lo sabía. Sé que es veterano, pero no sé cuántos años tiene. A mí me da igual. No me corto nunca. A Valdano le sedujo Raúl aquella noche por la forma de manejar esa situación polémica. Por su autocontrol de no caer en la trampa del italiano y no llegar a las manos. Y por saber protestar sin recibir una amonestación. Raúl salió airoso de una situación límite y ese matiz le gustó al ahora Director General deportivo del club. Ese día el Real Madrid ganó al Juventus 1-0 con gol del 7, del flaquito desequilibrante. Sin embargo, en el partido de vuelta, se acabó la alegría. Del Piero y Padovano remontaron la eliminatoria y había futbolistas como Michel, que se despedían con aquella derrota de la ilusión de conquistar algún día la ansiada Copa de Europa. Michel había sufrido ya el palo del año 1988 contra el PSV Eindhoven. Y no quería que se volviese a repetir aquella historia. La noche del Philips Stadium hizo un daño terrible en aquella plantilla. «Por culpa del apagón moral de Eindhoven, nunca se volvió a escuchar una voz en todas aquellas noches importantes de Europa que vinieron posteriormente. El vestuario, por aquella situación, quedó brutalmente sesgado». Son palabras de Michel. En su libro, narra que esta caída en Turín, fue distinta. Los intereses de la caseta caminaban por distintos senderos. «Sentado y hundido en el banco, de repente y a modo de flash me vino a la memoria la desazón de Eindhoven. Así que me levanté, tomé la palabra y me tiré al difícil escollo de hablar y animar a mis compañeros. Les dije que aquello sólo era un partido. Nada más. Que habría otras noches, otras oportunidades para vivir de nuevo la gloria. Les advertí del daño que a los más veteranos nos había hecho el silencio de Holanda. Cuatro años más tarde, Sanchis, Cañizares, Hierro y Raúl fueron campeones de Europa. A lo mejor estas palabras mías no les influyeron, pero estoy convencido de que no recordarán ese encuentro ante el Juventus como el día del juicio sumarísimo. Aquello fue una derrota más. No un silencio de por vida». Así describe Michel el penúltimo capítulo Real Madrid-Juventus, una charla que sirvió de incentivo a un equipo que aterrizó en la final del 20 de mayo de 1998 en el Amsterdam Arena como aspirante. No era favorito el Real Madrid. Y por eso aquel título, la famosa Séptima tuvo un sabor especial. Hacía 32 años que el Real Madrid no se paseaba por las calles de Madrid con ese trofeo. Jupp Heynckes era el entrenador. Angel Vilda, su ayudante y preparador físico. Su hombre de confianza. Alojado el Real Madrid en la Ciudad deportiva donde se entrena Holanda, en las afueras de la capital, allí se llevó Heynckes un puñado de vídeos con todos los goles que había marcado el Real Madrid en los partidos anteriores de la Copa de Europa. Aplicar psicología, tirar de energía positiva era un elemento indispensable para animar a la tropa. A un equipo que partía sin tener el reconocimiento de la plantilla de hoy en día. Enfrente estaba Zidane y su Juve. Así que Vilda y Heynckes se inflaron a ver goles del Madrid con sus jugadores. En aquel partido virtual el Real Madrid no encajaba goles. Sólo marcaba tantos. Luego, en el campo, llegó el gol de Mijatovic y la fiesta ansiada. La receta del vídeo le salió bien al cuerpo técnico de Heynckes. El miércoles, en Delle Alpi, llega un nuevo reto. El Madrid busca la Décima en Old Trafford.

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