Diario de León

LIGA DE CAMPEONES

Juve: el penúltimo escalón a la décima

El Real Madrid se juega hoy en Delle Alpi el pase a su decimotercera final de la Copa de Europa, segunda consecutiva, sumergido en un mar de dudas físicas, tácticas y mentales, y pendiente de Ronaldo. Enfrente tendrá al Juventu

El checo Nedved, durante un entrenamiento con su compañero Oliveira, de espaldas

El checo Nedved, durante un entrenamiento con su compañero Oliveira, de espaldas

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Ignacio Tylko - MADRID.
León

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Aunque el Madrid mantiene su condición de indiscutible favorito porque es el vigente campeón, dispone de los mejores futbolistas del mundo, en los últimos años no falla en los momentos cumbre y en Chamartín ya logró vencer 2-1, el panorama ha variado de forma notable respecto a la semana pasada, a la ida. Entonces, los blancos aún eran líderes en el torneo doméstico y acababan de maravillar a Europa ante el Manchester. Del Bosque, además, podía contar de inicio con su equipo casi de gala, salvo Raúl, frente a un adversario que perdía por sanción al central Montero y a los centrocampistas Tacchinardi y Davids, los tres recuperados para el duelo determinante. Esta vez, tiene inhabilitados a Iuliano y Ferrara, y seriamente tocado a Birindelli, pero son ausencias de menor enjundia. El chileno Salas fue baja en Madrid y lo será en Turín. Ahora, empero, el Madrid acaba de verse relegado a la tercera plaza en Liga, en gran parte merced a sus regalos, y presenta jugadores fundamentales lesionados, seriamente tocados o «cogidos con alfileres». Makelele, dos semanas de baja por una pequeña rotura fibrilar en el cuádriceps izquierdo, se quedó en Madrid. Es una ausencia fundamental. El que más trabaja, corre y pelea de su equipo. Sin su sostén, quizá el equipo gane en toque pero pierde en equilibrio, en capacidad de contención. Tanto es así que Del Bosque parece decidido -así al menos ensayó el lunes a puerta cerrada en la Ciudad Deportiva- a cambiar de sistema por primera vez esta temporada y alinear a tres centrales -Helguera, Hierro y Pavón-, con Flavio y Guti por delante. Esta apuesta conservadora, aunque quizá lógica dadas las circunstancias, demuestra que el Madrid está temeroso y no las tiene todas consigo. Pero habrá que confiar porque de este modo, con un dibujo más a la italiana, los blancos salieron victoriosos años atrás en Manchester, en las semifinales del curso pasado en Barcelona y en la final de la «octava». Convencido de la titularidad Ronaldo, un jugador decisivo para el contragolpe y con un poder de intimidación como ninguno, es la gran duda. Viajó, trata de recuperarse a marchas forzadas, hace un sinfín de pruebas e incluso Marcello Lippi, técnico juventino, está convencido de que será titular. Desde el punto de vista médico, se desaconseja su concurso. Hay serio riesgo de recaída en el sóleo y eso supondría decir adiós al resto de temporada. Pero él quiere jugar. Seguramente, la duda no se resolverá hasta horas antes de arrancar el duelo. Raúl, operado hace tres semanas de apendicitis aguda, Figo, con una sobrecarga en el adductor derecho, y Zidane, con la lumbalgia que arrastra y de la que tuvo que ser tratado por un osteópata en París, serán titulares aunque su rendimiento es una incógnita. Sobre todo el del madrileño. La actitud de los jugadores del Madrid, siempre cuestionada, no debe ser impedimento en esta ocasión. Como dice el cántabro Iván Helguera, «sabemos lo mucho que nos jugamos». Tampoco parece que pueda hacer mella la eterna discusión entre la valía de los galácticos y el dudoso rendimiento que ofrecen los terrenales. «En el Madrid siempre ganan los cinco fenómenos y perdemos los demás», admite Helguera con cierta resignación y tono de protesta. El Madrid, en fin, está obligado a dar la talla en su cuarta semifinal consecutiva de la Champions si quiere vengar las eliminaciones de Deportivo y Barcelona, a manos del Juventus, y tener opciones de conquistar la décima Copa de Europa, cuarta en seis temporadas gloriosas. Si no rinde a un nivel alto, al menos al 75% de su potencial, sufrirá frente a un rival que busca resarcirse de la final perdida en 1998 y sueña con su tercera Copa de Europa, que además supondría un doblete histórico. Aquél partido de Amsterdam, de la «séptima» merengue, fue la sexta y última final en Copa de Europa del Juventus.

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