Diario de León

Mosca de mayo, o de la piedra, y ninfa

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León

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Este insecto acuático de gran tamaño viene eclosionando a partir del mes de mayo, y de ahí su nombre, aunque también se le conoce como mosca de la piedra. La ninfa recibe el nombre de gusarapa o rancajo y abunda en los cantos rodados de las corrientes. En los cursos bajos eclosiona antes, siendo especialmente abundante en el Órbigo y el Omaña, aunque está presente en la practica totalidad de los ríos leoneses. En los cursos altos la eclosión se retrasa incluso varios meses, siendo frecuente ver moscas de mayo incluso en agosto en el Luna o alto Porma. La ninfa, una vez madura, abandona el lecho del río ascendiendo por la vegetación (juncos o carrizas) o bien por las piedras semisumergidas. Allí abandona su caparazón convirtiéndose en mosca. En estado natural constituye un cebo muy apreciado por las truchas de buen tamaño. Con la ninfa se pesca desde abril con un aparejo consistente en una plomada al final de la línea y un codal a unos sesenta cms. con un anzuelo del seis al ocho. Se enebra por el cuello sacando la punta del anzuelo por la cola de tal forma que simule una pata. Resulta muy efectiva durante algunas horas de la mañana en las corrientes y cabeceras de los pozos y tablas. La mosca puede resultar muy eficaz cuando lleva cayendo algunos días. Se utiliza solamente la hembra y el aparejo puede llevar boya. En ese caso se sitúa el codal a unos ochenta centímetros y la mosca se enebra de tal forma que derive cabeza abajo. Los cebaderos habituales son las sombras por debajo de salgueros y demás vegetación, consiguiéndose magníficos ejemplares y siendo la picada espectacular. En el río Órbigo existen auténticos especialistas, como Granizo, Canina, Carbajo o José Majo. La imitación, si está bien montada, también resulta eficaz. Además la subida de la trucha a tomar la mosca de mayo es, con mucha diferencia, la más emocionante de entre todas las imitaciones en la mosca seca. En estos días eclosiona de forma abundante en el río Porma, donde ya la toman, y en el Órbigo, si bien el hecho de que ambos ríos regulados bajen muy cortos de caudal dificulta la pesca.

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