OPINIÓN Martín
Esto me lo han cambiado
La frase, entre la extrañeza y la sorpresa, la expresó sonoramente uno del medio centenar de seguidores ademaristas que llegaron al fastuoso Palacio de Deportes de Santander: ¡Este no es mi Ademar; me lo han cambiado!. Era fiel reflejo de la primera parte del partido de la Copa del Rey firmado por un Ademar desconocido. Tal parecía acusar el palizón que, sólo setenta y dos horas antes, se había dado en Pamplona para lograr el ansiado tercer puesto de la Liga,con plaza para la Copa de Europa en juego. Creo que ya comenté que ese partido me había parecido el santo del cisne antes de plegar definitivamente cabeza y alas. Mucho derroche físico, muchas secuelas físicas en los jugadores, el cansancio que lleva a la laxitud cuando llegado el logro se baja un tanto los brazos en imagen sin palabras del «deber cumplido». Temporada cerrada. Y es que Ademar solo fue Ademar en los diez últimos minutos de un partido dominado hasta entonces totalmente por el Valladolid. Las cifras del marcador mostraban una diferencia grande que podía derivar en la mayor derrota numérica sufrida por Ademar. La sombra del ridículo flotaba en el ambiente. Entonces, diez minutos para el final, surgió Juanín -siempre Juanín- y a su entusiasta, brioso, sostenido esfuerzo, se apuntó Manolo Colón. Los dos contagiaron alma y brío al conjunto, Kasper volvía a ser Kasper y las cifras del luminoso empezaron a crecer en la casilla ademarista, en tanto las del Valladolid sufrían un parón alarmante. Así, a un minuto escaso del final, sólo tenían los de Pucela un gol de ventaja. Unos seguidores pucelanos que a mi espalda habían cantado con júbilo indescriptible goles y diferencias, se habían sumido en un silencio total. Sus rostros reflejaban, al tiempo, sorpresa y preocupación. En ese momento crucial, con balón en poder del Valladolid, lograron el gol que aumentaba a dos la diferencia (30-28) que había de ser el resultado final... Un hondo suspiro de alivio abrió la puerta el contento de la celebración de los seguidores pucelanos. Un mal partido firmado por Ademar y, al decir de su entrenador, un buen partido, «que habían preparado a conciencia», del Valladolid. La temporada finalizada con un balance -seamos realistas- que deriva en nota de aprobado alto «tal vez notable- para Caja España Ademar. Un tercer lugar en la clasificación, dejando a la grupa al Portland San Antonio, anterior Campeón de Europa, sin plaza en la máxima competición europea, avala la nota. La temporada ha muerto... ¡Viva la temporada próxima! A trabajar, a proyectar con acierto, a luchar y a buscar ayudas. Que esta es otra... A tenor con los presupuesto que han manejado los clubes, Caja España Ademar, acrecienta la nota dada hasta el Sobresaliente...