«Mi madre me vio en el cielo, en primera fila»

Juan Carlos Ferrero se lo había prometido a su madre y a él mismo. Triunfaría un día, ganaría un grande, le dedicaría como siempre un recuerdo especial después de una sonada victoria. Y tras vencer en sus palabras fueron para ella. «Te lo dedico también a tí, que estás ahí arriba», dijo al recoger la copa de campeón. Fue una corta pero sentida dedicatoria. No quería hablar demasiado, sólo reflejar un sentimiento. «Creo que lo habrá visto desde allí arriba y en primera fila», comentó. La vida de Ferrero está marcada por la muerte de su madre Rosario, que falleció de cáncer un mes después de que él cumpliese 16 años. Aquello estuvo a punto de costarle su carrera, pues el golpe le sacudió de lleno y de hecho tuvieron que convencerle para que no abandonase todo. La imagen de su madre le ha acompañado siempre en los torneos. Cada victoria lleva unida una frase: «¡Va por tí!». Y el beso al cielo en su recuerdo se hizo famoso desde que ganó su primer torneo en Mallorca en 1999. Lo importante para el valenciano es que, a duras penas, asumió que tenía que ser así.