Diario de León

España asume como una final la reválida que le ofrece Belfast

El rival sólo ha conseguido un punto en la fase de clasificación y está muy mermado

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Ignacio Tylko - belfast
León

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Tras la decepción del sábado ante Grecia y forzada por su exigua ventaja de un punto en la clasificación, la selección española afronta la reválida de hoy ante la humilde Irlanda del Norte, en el Windsor Park de Belfast (21.00 h. TVE-1), como si fuera «un duelo de Copa en el que es obligado ganar a partido único y en casa del equipo de inferior categoría». Sáez, quien ya desde Zaragoza dejó claro a los jugadores que haría varios cambios frente a Irlanda del Norte, no se fía de un rival que sólo ha logrado un punto en esta fase de clasificación, gracias a un empate ante Ucrania, suma diez partidos sin ganar, 882 minutos sin marcar y no aparece ni entre los cien primeros en el «ranking» FIFA. «No ha tenido suerte en este campeonato pero todos han tenido dificultades para ganarles. Nos va a costar trabajo. Tienen un sistema determinado, no pierden el sitio, todo el mundo conoce su trabajo y habrá momentos del partido en los que lo pasaremos mal», vaticina el entrenador bilbaíno. El equipo de Sammy McIlroy es el más flojo de todas las Islas. Tosco, rudimentario y técnicamente limitado, está formado por jugadores jóvenes, muchos de ellos amateurs, que actúan en equipos menores de Inglaterra y Escocia. Sólo media docena, entre ellos los porteros Taylor y Carroll, que pugna con el español Ricardo por la suplencia en el Manchester, militan en la «Premier League». Pero son actores muy secundarios, ya que los hombres de George McCartney, Aaron Hughes, Chris Baird o Damien Johnson no dicen nada en el panorama internacional. Para este partido, además, pierden por sanción a sus dos mejores hombres, el polivalente y rápido Gillespie (Blackburn Rovers) y Lomas, un centrocampista del West Ham. Y no terminan ahí sus problemas, ya que James Quinn y Phil Mulryne se encuentran lesionados y Peter Kennedy está tocado. McIlroy asume que el rival es favorito, pero promete «batalla».

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