Los jugadores piden perdón por unos desplantes que deslucieron los actos

«Os pido perdón a todos si ayer no os atendimos bien». Son palabras de Roberto Carlos, el día después de conquistar el título de Liga en el Bernabéu. La plantilla salió corriendo hacia Cibeles. Allí llevaba la gente esperando más de una hora y optaron por no demorar su presencia. Y es que la resaca de los festejos se tornó cada minuto que pasó en más agridulce tras la sucesión de varios acontecimientos que han terminado por deslucir la fiesta que se supone debe ser el epicentro de una alegría colectiva, que ha ido a menos, en comparación con otros momentos cumbre del madridismo. Del lío, confusión o malentendido del domingo, cuando el equipo no dio una segunda vuelta de honor al césped del Bernabéu, pasando por la negativa del Ayuntamiento y la aplicación estricta de la policía al impedir que un futbolista del Madrid engalanara La Cibeles, al plantón que dieron Ronaldo y McManaman a las instituciones, con su no presencia en la sede de la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento y La Almudena. Cascada de acontecimientos Se ha producido un carrusel de acontecimientos que terminó en el Mesón Txistu, con el toque de atención de Florentino Pérez a su plantilla, en el que les colaboración con todo tipo de actos públicos que sirvan de comunión con el público madridista. Todo en menos de 24 horas. Un aluvión de accidentes que ha sido rematado este mediodía por el enemigo que más teme el vestuario del Madrid: la aparición en escena de una prensa del corazón, que ya ha entrado a saco en las vidas de los futbolistas y que ayer ofreció imágenes de la postjuerga de madrugada y que delata con pelos y señales cuándo, cómo, dónde y con quién pasaron la noche los nuevos campeones de Liga. En el Madrid existe y mucha preocupación por la raya que traspasa el umbral de la privacidad. Intuyen que la era Beckham se ha adelantado y que el acoso de los paparazzi no ha hecho mas que comenzar.