Lucha, dirigentes y sentimiento

EL REGLAMENTO de la Lucha Leonesa, tanto el General como el de Competición y Disciplina, chirría por todos los lados. «Fallo a los Puntos» impreciso (para empates a cero), disparate antiespectáculo de decidir la 1.ª caída en caso de otros empates, «ley de la ventaja» no explícitamente reglamentada y con criterios tan poco unificados como en el caso del fallo a los puntos para los empates sin caídas... Agarres interminables e inaguantables para el espectador, pasividades no señaladas o señaladas a destiempo, permisividades arbitrales múltiples, mismo número de combates para todos los inscritos que evitarían esas kilometradas de desplazamiento para la disputa... de un solo combate en muchos casos etc. Etc. Todo ello al margen de la falta de preparación de los árbitros actuales. Y de capacidad y de personalidad y de criterio y de psicología y de mano izquierda y de todo lo que quieran añadir. Un aficionado nos comentaba que con auténtico juez-árbitro (en lugar de 2 pseudoárbitros), un «señor colegiado» en toda regla no hubiese surgido el incidente de «El Junco». Y su valoración y alcance serían totalmente distintos con mentalidades federativas más abiertas a «matices y circunstancias» y menos cerradas al sostenella y nos enmendalla. La sanción más rigurosa o simplemente la más dura y pretendidamente ejemplarizante, no es siempre la más justa... y ejemplarizante. Ni Lucha Femenina, ni arbitraje femenino como hace tres lustros. Ni siquiera muchísimo y más bien machadas. Y retroceso. Al igual que se retrocedió en otros avances que ya dieron en su día en la Lucha Leonesa como los semiligeros y la ambulancia en los corros. Otra prueba de machadas y de que se sigue retrocediendo. La Liga por equipos en cuanto a competitividad, expectación, seguimiento y demás. La siguieron poco más que lo que luchaban. Por la cuenta -económicorrepartidora- que les tenía: la única preocupación de casi todos. Cuando, y fundamentalmente en el caso de los chavales integrantes de cada club, ganar o perder debiera pasar a segundo plano y primar sobre todo lo gratificante y motivador de competir -ganes o pierdas- y el efecto integrador dentro del equipo. Sentido colectivo de equipo. Así están las cosas. Así de mal. De ahí que para nosotros la Lucha Leonesa cada vez se está reduciendo más -reduccionismo sobrevenido a un sentimiento. Y a un simbolismo.