Diario de León

Introducción de nuevas especies

Lucio de grandes dimensiones capturado hace dos años por un vecino de Huerga de Frailes

Lucio de grandes dimensiones capturado hace dos años por un vecino de Huerga de Frailes

Publicado por
Ordoño Llamas Gil - león
León

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Hubo otros tiempos en los que comenzaron las inquietudes por favorecer los ecosistemas acuáticos, introduciendo especies foráneas que, sobre el papel, convertirían los lugares inhóspitos o deshabitados en sitios donde la vida sería exhuberante y prolífica, incluso sanitariamente beneficiosa, por lo que se procedió a la importación de ejemplares para poblarlos. La previsión sobre las consecuencias que podrían tener, afectando al ecosistema y a la población autóctona, no parecen demostrar el acierto científico de estos estudios previos, por lo que sospecharemos que se hicieron con buenas intenciones, pero caprichosamente, a juzgar por los resultados obtenidos a posteriori, que demostraron un porcentaje muy elevado de equivocaciones, algunas de ellas totalmente desastrosas. Si nos remontamos a tiempos pretéritos podríamos recordar a la carpa, que parece ser originaria de China ( o de Asia), en su versión común, y a la mas apreciada carpa royal o de espejos, peces de elevado crecimiento y gran proliferación, que se adaptaron a todos los ambientes cálidos y templados, de aguas paradas o lentas, siendo apreciados para su pesca, y que parece haber sido un éxito, sin perjudicar para nada el medio en que habitan. El carpín de colores sólo sirvió para verle en las charcas, lagunas o estanques artificiales, y su homólogo el carpín común, torpe, sucio y barrigón, fue todo un fracaso por su ordinariez gastronómica. También se importó la gambusia, pequeño pez originario de América, que parece ser que se introdujo en los lugares de agua estancada, como charcas y lagunas, para combatir el mosquito del paludismo, porque su alimentación está basada en las larvas de mosquitos. Acertada decisión, sin ningún perjuicio conocido. Si nos acordamos de los salmónidos introducidos hace mucho tiempo, el mas destacado quizá fuera el denominado salvelino ¿trucha o salmón?, con el que se repoblaron lagos y zonas de montaña, así como, probablemente, algunas especies de truchas de lago, que parecen haberse adaptado sin consecuencias desde tiempo inmemorial. La trucha arco iris, también americana, se trajo después con fines industriales, habiéndose desarrollado mucho la piscicultura de este salmónido. También se han repoblado ríos y cotos con ella, y se han dado muchos casos de «escapes» masivos hacia los ríos, como en Palazuelo de Boñar, donde los pescadores y el guarda las llamaban «cagonas». Creo que están esterilizadas. En los últimos tiempos se ha desatado un afán de introducción desmedido y descontrolado, que ha dado como consecuencia el choque frontal con especies autóctonas en muchos casos, con muy pocos aciertos. El hucho y el salmón introducido en el pantano de Vegamián (no sé su nombre) parecen mantener el tipo sin excesos. El blak-bass o perca americana consiguió extenderse muy rápidamente por todos los cursos de agua o pantanos donde se implantó, hasta el límite de las aguas frías. En nuestra región tuvo varios años de multiplicación extraordinaria, durante los cuales se creó una gran afición a su pesca. Después de una excepcional crecida que arrastró a mas del sesenta por ciento y, en años sucesivos, con la introducción del lucio y su pesca eléctrica de exterminio, han ido desapareciendo poco a poco de nuestros ríos. Tuvo una relativa influencia sobre las ranas, culebras de agua y pequeños peces, a los que eran muy aficionados, pero compensaron con su divertidísima pesca y mejor carne. Hoy, en nuestra provincia, se encuentran en algún pantano y lagunas grandes. El lucio fue el primer gran patinazo, al tratarse de un depredador nato (menos de lo que se difundió), y que concitó las mas desabridas reacciones de opinión, llamándole «tiburón de río» y achacándole exterminaciones sin fin, temiendo que en su subida por los ríos llegase hasta su nacimiento, dando por difuntas a todas las truchas orgullo de esta cuenca del Esla. No fue así, y sólo llegaron hasta donde las aguas y el cauce les fueron propicios. Pero la reacción de los culpables fue inmediata. Les temblaron las piernas al creer que su porvenir estaba caducado y decidieron exterminarlos drásticamente, lo mismo en las zonas de transición, como en todo el bajo río Esla y sus afluentes (Orbigo, Tera, Cea, Porma, Tuerto, etc.). Se le persigue exahustivamente todos los años con la pesca eléctrica y, desde entonces, han desaparecido también las truchas mas arriba del límite (¿lucios de dos patas eléctricas, quizá?), así como los «blasses» y las tencas de las zonas bajas. Misteriosamente, las bogas no suben a desovar como antes y sólo se ve a los barbos en junio ascendiendo por estos ríos. Resultado: totalmente contraproducente, pero aún peor por el tratamiento eléctrico generalizado que se le ha dado, con efectos secundarios para otras especies. Procedimiento bueno en zonas trucheras; malo en el resto. Hablemos de la sabia repoblación con el cangrejo rojo americano, que yo supongo que no hace falta ser científico para hacer primero unas pruebas de convivencia con el autóctono, en un recinto cerrado y precintado a cal y canto, donde inmediatamente se hubiera visto la reacción que el virus transportado por los primeros ejercía sobre los segundos. Después, incineración inmediata y desinfección del lugar, dejando tranquilos a los nuestros. Seguiríamos teniéndolos en todos los ríos y arroyos. Así R.I.P. total. Fue un crimen de lesa naturaleza. Ahora se trata de eliminar estos no poniendo talla y prohibiendo su devolución al agua de los pequeños. Solución inútil. Para paliar el innombrable error se está introduciendo otra especie denominada cangrejo señal. Lo hecho no tiene nombre. El siluro en nuestra cuenca aún no se ha visto, así como la lucioperca y el pez gato, pero sí tenemos ya una plaga de perca sol, pequeño pez que no sirve ni para pescarlo (¡qué emoción!), ni para sacarle un rendimiento económico, pero que ha sido ya demonizado porque se come las huevas de todos (dicen) y que junto con los anteriores han hecho su aparición espontánea en nuestros ríos, sin conocerse el conducto ni el culpable, pues si de algo podemos presumir es de tener unos organismos de conservación completamente opacos, donde la información sobre los asuntos que conciernen a la pesca son un absoluto tabú, especialmente los que pueden perjudicar su imagen, quizá rayana en la negligencia. El balance parece demostrar que, si no se sabía que el lucio comía, que el cangrejo rojo infectaba, que el siluro, el pez gato, la lucioperca y la perca sol son muy perjudiciales para el resto de la fauna acuática autóctona ¿qué es lo que se sabe antes de introducirlos? ¡Nada!

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