Diario de León
Publicado por
Martín
León

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La pretemporada ha empezado, o está a punto de empezar. El descanso finalizó para la Cultural, en tanto Baloncesto León y Ademar iniciarán los entrenamientos en breve. El largo y complejo tren de las distintas competiciones se han puesto en marcha. De momento serán simples maniobras para elegir primero y colocar después a los integrantes de los distintos vagones. Un tren cargado, como siempre en su partida, de ilusiones y esperanzas, de deseos plasmados en claros y ambiciosos objetivos. La estación «termini», a la que se llega después de nueve largos meses de gestación, dirá si mayo es florido y hermoso en las anchas praderas deportivas leonesas. Con la plantilla sin definir la Cultural ha comenzado a maniobrar. Un nuevo entrenador, con calidades y cualidades acreditadas para ser el conductor idóneo para llegar a la estación del ascenso, perseguida durante treinta largos años de una marcha fatigosa, tenaz, pero totalmente infructuosa. Se ha llegado tantas veces al final, tocando prácticamente con los dedos la línea definidora del éxito de la fatiga, hecha desilusión, ha llegado a sembrar estoicismo entre casi todos los aficionados; muchos han quedado ya en el camino con los pies del desencanto ensangrentados, al haber hallado solo tierra yerma en el camino sembrado por añadidura de espinas; otros siguen redoblando voluntades y esfuerzos en una espera, más que desesperanzada, cercana al estoicismo, y son muy pocos los que aún, con el deseo hecho acto de fe, repiten y se repiten con insistente machaconería de martillo sobre el yunque: Este año sí... De momento afirman su fe en la evidencia de ese entrenador acreditado en empresas y logros tanto o más complicados. En la firmeza de una directiva que trata de poner las piedras fundamentales en la nueva estructura del club. En la renovación de muchos pilares básicos para que al final se logre el éxito. Mucho en juego en la temporada próxima a iniciarse ya oficialmente tanto, que un nuevo fracaso no sólo sería el principio del fin, sino posiblemente el final de un caminar agónico tropezando siempre en las mismas piedras. Sin prisas, pero sin pausas. Las prisas aseguran que para nada son buenas, pero a veces guardan desagradables sorpresas en forma de jugador que vuela a otro nido. Tal vez se espera y se confía mucho en las pruebas a realizar en los ensayos de partidos amistosos. También se trata de espigar en campos foráneos. La verdad es que la Cultural ha tenido escasa fortuna en esos campos. Pocas y con poco grano han sido las espigas. Desde el técnico (famoso parasicólogo) Harold Campos, hasta jugadores como los hermanos Nelson que aseguraban proceder del Cerro Porteño Uruguayo. Los últimos llegados dejaron escasa huella. Difícil y comprometida la tarea de quienes tienen que elegir con escaso, por no decir nulo, margen de error. Mientras seguimos expectantes, esperando a que la Cultural acierte, Caja España Ademar y Baloncesto León, a punto están de iniciar la salida.

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