Lucha leonesa y leonesidad

YA SE HALLA la lucha leonesa ante un nuevo diputado de Deportes en nuestra Diputación Provincial. Felizmente éste no procede del (contaminado) mundo aluchero, ósea que no tiene (mala) experiencia «aluchera del aluche de la boina». Y ello, reiteramos, felizmente. Claro que, desdichadamente, nuestra leonesísima Diputación es cada vez menos autónoma y más autonómica. De hecho llegan a «formar y preparar» al nuevo Presidente de la Corporación Provincial (¿) a la vallisoletana sombra de la Junta castellana, cuyo mayor empeño con relación a León consiste en desidentificarnos y uniformarnos. Fuera todo signo identificador y diferenciador leonés, llámense Juntas Vecinales o Lucha Leonesa..., Han llegado al extremo de «secuestrar», en el texto oficial de Historia, el Reino de León Medieval: como si no existiera León en ésa «su historia» según nos testimonia el incisivo análisis investigador de los reporteros Urdiales y Caballero hace varias semanas en las páginas de Diario de León. Por cierto que en el Mapa de Carreteras de la Comunidad que canalizan vía afinidad mediática, apenas si se distinguen los límites provinciales mientras se resaltan los comunitarios (Cantabria, Asturias....) y se cometen dislates tales como situar las Tierras o Los Oteros en la luchística «Terruca» próxima a las riberas del Cea. Pues por ahí van nuestros temores diputacionales; por ahí apuntan. Esta provincia tiende a convertirse en territorio colonizable ¿pero aun más? Si en las elecciones se votase con el sentimiento leonés por delante, evaluando en clave «Lucha Leonesa y Leonesidad» habría que introducir la variante ortográfica de «botar» con b. En clave lucha leonesa «botarles» habría de ser una exigencia casi higiénica. Recuerden, beligerantemente ¡Lucha leonés! Pero no desesperemos por ser pocos y mal avenidos quienes aman tanto a León que les duele. Y que vienen a ser los mismos que aman tanto a la Lucha Leonesa que les duele. Y que son los mismos que no aplauden por sistema. «Las plumas compradas / a Dios jurarán/ que el palo es regalo/ y las piedras pan» según los atribuidos versos quevedianos ¿acaso desde la mazmorra de San Marcos, tras percatarse de las cazurras hipocresías...? ¿Qué se nos tilda de provincianos? En este caso provincianismo ha de representar un honor, máxime si quienes así se manifiestan son los seudoprogres de las postmodernidad, autotitulados de eso tan cursi de «ciudadanos del mundo» y que minusvaloran leonesidad y lucha leonesa: ambas representan un sentimiento de reivindicación.