Beckham acalla las críticas con su primer gol vestido de blanco

Ya lo tiene. David Beckham marcó de falta su primer gol en el Madrid y abrió la senda del triunfo blanco ante el FC Tokio. Esta imagen, una de las más esperadas desde el fichaje del inglés, seguro dará la vuelta al mundo. El 23 blanco se adueñó del balón cuando el árbitro pitó una falta a Solari. Podía ser su oportunidad de demostrar que es algo más que un fichaje mediático, y eso hizo. El inglés sólo ha necesitado dos partidos de pretemporada y cuatro faltas de «ensayo» para dejar claro que el puesto de lanzador de faltas en el Madrid tiene que ser suyo. La alegría del inglés era evidente. Su rostro serio dio paso a la sonrisa y los guiños de complicidad a sus nuevos compañeros. El «spice boy» se siente cada vez más cómodo, el entendimiento con el resto de la plantilla es cada vez mayor y eso se nota en el terreno de juego. El golazo de Ronaldo casi al final, nada tuvo que envidiar al del inglés. Pero no todo fueron alegrías. El FC Tokio saltó al terreno de juego llevando la voz cantante de un partido que, durante la primera media hora, parecía iba a atragantársele al Real Madrid. Carlos Queiroz veía con preocupación los despistes de Helguera, que causó más de un susto a César, y la presión que los japoneses ejercían sobre sus hombres y que impedía a los blancos manejar a su antojo el esférico. El esfuerzo pasó factura al FC Tokio, que poco a poco fue dejando el mando del partido en manos de los blancos. Las llegadas arriba empezaron a sucederse, pero Portillo, menos fino que en el partido que jugó contra el «Dragon Team», no pudo materializar un gran pase de Figo. Ahí estuvo Solari, que marcó el segundo aprovechando Raúl, más protagonista El papel de Raúl cobró más importancia en la segunda parte. Rubén, Cambiasso y Portillo se quedaron en el banquillo en detrimento de Pavón, Roberto Carlos y Ronaldo, con los que la presencia blanca en el área contraria fue mayor. Figo volvió a demostrar que está siendo uno de los mejores de la pretemporada, pero dejó su puesto a Celades. Tras varias ocasiones falladas, Ronaldo se animó y no cesó de buscar su oportunidad. La suerte no parecía su aliada. Primero fue un tiro al poste y luego un gol anulado tras una magnífica jugada de Raúl, controlando el esférico con el pecho y la bota. Pero el brasileño se reservó su momento para el instante final, cuando marcó un golazo.