Somarriba ya pertenece al selecto club de los tres Tour

Tenacidad, lucha, coraje, clase y carácter ganador son las cinco grandes virtudes que deportivamente adornan a la vizcaína Joane Somarriba, que ayer conquistó en París su tercer Tour de Francia y se confirmó como un símbolo no sólo del ciclismo sino de todo el deporte femenino español. Comparada con su gran ídolo, Miguel Indurain, a sus 31 años recién cumplidos emula las hazañas de la francesa Jeannie Longo y la italiana Fabiana Luperini. Con 1,71 de estatura, 50 kilos de peso y una constancia sin igual, dio lo mejor de sí años después de quedarse casi paralítica tras ser intervenida de una hernia discal. Somarriba comenzó a montar en bici a los ocho años animada por su padre, marino de profesión que aprovechaba las temporadas que pasaba en tierra para rodar en bicicleta. Más tarde se inscribió junto a su hermana en una escuela de ciclismo y, aunque aceptó sin estar muy convencida, al acabar COU cambió los estudios para dedicarse por entero a las dos ruedas. En 1991 ya ganó su primera Emakumen Bira, una de las carreras por etapas más prestigiosas del país. Todo marchaba de maravilla para Joane. Sin embargo, fue entonces cuando tuvo que enfrentarse a la etapa más dura y larga de su vida. En plena preparación para los Juegos Olímpicos de Barcelona, las complicaciones que sufrió por una operación en la columna vertebral estuvieron a punto de dejarla postrada en una silla de ruedas y le apartaron de su carrera deportiva durante casi dos años. Parecía que el ciclismo había muerto para la vasca, milagrosamente recuperada después a base de esfuerzo, sacrificio y ganas de salir adelante. Los médicos le recomendaron que dejara la bicicleta. Sin embargo, Somarriba se negó a abandonar el deporte que tanto amaba. «Cuando me operaron tuve mala suerte y me tocaron un centro nervioso. Casi me quedo inválida. Al principio estaba triste pero en la Clínica Universitaria de Pamplona comencé mi recuperación. Estuve unos meses con el tronco completamente escayolado para fijar unas vértebras y luego un larguísimo año a base de rehabilitación y pesas», recuerda Joane. En aquella época amarga conoció al ciclista profesional Ramón González Arrieta, que se convirtió en su entrenador. Fuentes gana en Llodio El corredor catalán Joan Fuentes, del equipo italiano Saeco, ganó ayer la LIV edición del Gran Premio Ciclista Internacional de Llodio (IX Clásica de Alava), tras superar en el descenso del Alto de Malkuartu a su compañero de escapada, el andaluz Carlos García Quesada (Kelme-Costa Blanca). Tomaron la salida un total de 91 corredores al filo de las 13:15 horas para hacer un recorrido de 177 kilómetros.