Eto'o asume su rol de verdugo de un Real Madrid que genera dudas

El Mallorca volvió a sorprender al Real Madrid, al que ganó 2-1 en el partido de ida de la Supercopa. Si los blancos no quieren dejar pasar la posibilidad de alzarse con el primer título oficial de la temporada, los hombres de Queiroz deberán emplearse al máximo en la vuelta, el próximo miércoles en el Estadio Santiago Bernabéu. Ni Beckham, ni Ronaldo ni Zidane fueron capaces de hacerse con el control del partido, sólo Makelele. El técnico madridista alineó a Cambiasso y dejó al francés en el banquillo, una decisión que le traicionó. Por eso, en la segunda parte, el entrenador tuvo que rectificar y sacar al galo al terreno de juego, dejando claro que es una pieza esencial para organizar el juego del conjunto blanco. Pero ésta no fue la única novedad en el once titular respecto al que Queiroz alineó durante toda la pretemporada, ya que Figo, desplazado a la banda izquierda, volvió a su demarcación natural, la derecha. Los madridistas no lo tuvieron fácil. El Mallorca salió con ganas de dar la sorpresa, jugaban en casa y ante más de 20.000 aficionados. El equipo bermellón lo dio todo, tanto técnicamente como físicamente, y aunque la mayoría de las oportunidades en la primera parte fueron para los hombres de Pacheco fue el Real Madrid, en su único lanzamiento a puerta, el encargado de abrir el marcador. David Beckham demostró que se le dan bien las jugadas a balón parado y sacó un corner que Figo, desde el segundo palo, controló con el pecho y fusiló con la pierna derecha. Los mallorquinistas no bajaron la guardia. Los jugadores, capitaneados en esta ocasión por Samuel Eto'o, no dejaron de llegar a la portería del rival. Casillas supo estar a la altura, hasta que Bruggink, tras un gran pase del 'Caño' Ibagaza, logró empatar el encuentro. La segunda parte, también del Mallorca. Eto'o, aunque aseguró que este partido no sería especial por su pasado blanco, se tomó la revancha. A los dos minutos de reanudarse el partido, el camerunés marcó el segundo gol de su equipo, un trallazo que sirvió para dar la vuelta al marcador en solo cuatro minutos. El Madrid lo volvió a intentar, esta vez en botas de Cambiasso. El argentino enganchó desde la frontal del área el esférico que se estrelló en el poste. El sistema definido por Quieroz no cuajaba, por lo que el técnico luso tuvo que sustituir a Beckham -encargado hasta entonces de dirigir el juego del conjunto blanco- por Makelele en el primer partido oficial de la temporada. Beckham se atasca Los encuentros en los que el inglés ha participado hasta el momento en España como nuevo fichaje del Real Madrid no han sido lo esperado. Si en Mestalla el spice boy no estuvo a la altura de lo que, a priori, estaba previsto, en San Moix, como organizador, su rendimiento no fue mucho mejor. El centrocampista pasó casi desapercibido, y salvo algún que otro toque destacado, su participación pasó sin pena ni gloria. Ni siquiera lanzó las faltas directas, de las que en esta ocasión se adueñó Roberto Carlos. La entrada de Makelele sirvió para dar aire fresco al Real Madrid. Con la entrada del francés, y la posterior incorporación de Guti, el equipo ganó mayor estabilidad en el centro del campo. Sin embargo, las llegadas a la portería de Leo Franco eran escasas y desacertadas. Ni siquiera Raúl apareció ayer en Mallorca.