Un Madrid ramplón con un Casillas soberbio conquista la Supercopa

Un Real Madrid ramplón, deslabazado y desordenado tácticamente tiró de su extraordinaria pegada y de un enorme Casillas para derrotar por 3-0 al Mallorca y conseguir la Supercopa, el primer título oficial de la temporada. A pesar de lo que pueda indicar el resultado, los blancos sufrieron hasta mediada la segunda mitad frente a un equipo isleño que pierde para este curso todo su centro del campo del año pasado. En su estreno oficial como madridista en Chamartín, Beckham logró marcar pero lo hizo de cabeza, justo la faceta en la que menos calidad tiene. Y puestos a intercambiar los papeles, marcó en un centro desde la izquierda de Ronaldo, el habitual rematador. El inglés, que lanzó sin suerte cuatro golpes francos, si bien es cierto que todos ellos llevaron peligro, no estuvo brillante pero sí mejor más participativo que en Son Moix. El gol anotado por Raúl en el último minuto de la primera mitad, muy protestado por los baleares, que reclamaron fuera de juego posicional del madrileño en el disparo previo, resultó definitivo en el desenlace del choque. Hasta entonces, el equipo de Jaime Pacheco había manejado la situación con bastante solvencia. Ibagaza, que arriesgó y jugó pese a que hoy, jueves, firmará por el Atlético, y Eto'o ponían en apuros a la zaga blanca cuando conectaban. El Mallorca tuvo que abrirse mucho más y regalar espacios enormes al Real Madrid en la reanudación, lo que aprovecharon los de Queiroz para consolidar su triunfo. Ronaldo, tras un gran pase de Figo, superó con esa facilidad innata que sólo tiene el brasileño a Leo Franco y puso el 2-0. Espectáculo de Casillas Pero, en verdad, el espectáculo lo puso Iker Casillas, que sólo tuvo que hacer cuatro paradas pero fueron antológicas. Desvió «in extremis» un zapatazo del holandés Bruggink, una vaselina extraordinaria de «El Caño», un testarazo de Perera y un remate de Eto'o. El portero blanco brilló más que nadie, sin duda. Definitivamente, el Mallorca se hundió, maldijo su suerte, también el arbitraje y permitió lucirse a los astros blancos. Marcó Beckham, ganó el Madrid y sus jugadores, cumpliendo las órdenes de su presidente, Florentino Pérez, lo festejaron como no se recordaba. Desde luego, más que en tras la consecución de la pasada Liga. En el regreso al campo donde tuvo lugar la polémica celebración de la Liga, el Madrid sí dio la vuelta de honor. Raúl recogió su primera copa como capitán del equipo.