El Zaragoza paga con una derrota ante el Dépor su falta de acierto
Pandiani anotó el solitario tanto en el partido de regreso de los maños a la máxima categoría
Los estragos del calor en el césped de La Romareda condicionaron un flojo partido en el que el Deportivo consiguió sus primeros tres puntos de la temporada gracias a un tanto de Pandiani en la segunda mitad. En su vuelta a primera, los maños ofrecieron un aceptable nivel ante el tercer clasificado de la pasada Liga, pero pagaron las ocasiones falladas ante la mayor efectividad coruñesa. Los dos equipos comenzaron tanteándose, respondiendo con imprecisiones a la presión del rival y al irregular estado del terreno de juego. En esta coyuntura de alternativas y ritmo poco constante, la posesión y las llegadas eran similares en maños y gallegos. Pero fueron los de Paco Flores los primeros que pudieron desequilibrar el marcador tras romper con un pase largo la adelantada defensa visitante. Galletti recogió el balón y se encontró sólo ante Molina, pero no supo resolver en inmejorable posición. La ocasión de gol pareció dar pistas al Zaragoza, que buscó los balones largos como mejor opción ofensiva. Las escasas posibilidades que otorgaba el césped para el juego en corto invitaban a emplear este recurso, del que también tomó nota el Deportivo. Especialmente incisivo por su banda se mostraba Luque, que llegaba con cierta facilidad por su banda, aunque en las cercanías del área se le nublaban las ideas. Sobre la izquierda también tendía a volcarse Valerón, buscando la conexión con el esta vez interior ante las dificultades para encontrar a Tristán. Mientras los locales insistían en el balón largo desde la propia defensa, con especial protagonismo para un activo Milito, el Deportivo intentaba hacerse con algo más de posesión y bajar la pelota, sin demasiado éxito. Los de Irureta también buscaban el contraataque, pero el escaso riesgo tomado por el Zaragoza con la pelota limitaba este recurso. Así las cosas, Tristán permanecía casi inédito, algo que no ocurría con el delantero local, Villa, que apareció para fallar otra clara ocasión en un nuevo mano a mano ante Molina. El asturiano envió el balón muy alto y confirmó una preocupante falta de definición. Las oportunidades de Galletti y Villa fueron lo único destacable de la primera parte, pero dejaron la sensación de que el Zaragoza tiraba ocasiones que más tarde podría lamentar. Los zaragocistas, y Villa en particular, reincidieron en sus errores, y en el comienzo de la segunda mitad desaprovecharon otra clarísima ocasión. A estas alturas de encuentro, Molina ya era el jugador más destacado del Deportivo, que no encontraba el antídoto para los balones largos de un conjunto local encomendado a la velocidad de unos delanteros que, sin embargo, fallaban en la culminación. A la vista de la escasa contundencia local, los coruñeses creyeron seriamente en la posibilidad de llevarse los tres puntos de La Romareda y, más a base de insistencia y posesión de balón que de jugadas de mérito, fueron desnivelando el partido a su favor. El conjunto de Irureta intensificaba sus llegadas y el gol rondaba el área aragonesa. Y el tanto del Deportivo llegó gracias al uruguayo Walter Pandiani, que acababa de entrar en el campo por Tristán. El delantero aprovechó de cabeza un certero centro de Víctor y puso el 0-1 en el marcador. Una vez más se imponía la máxima que el que perdona lo paga. Así le sucedió a un Zaragoza que veía como no ocurría lo mismo al Dépor.