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OPINIÓN

Horario para una pachanga de amigos

Publicado por
DAVID ÁLVAREZ
León

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LAS 24.05 NO SON horas para el fútbol, aunque la directiva del Barcelona se haya empeñado en escogerlas para el partido del miércoles, pese a que algunos jugadores las habían utilizado para pachangas entre amigos y a esa filosofía se ha apuntado el club azulgrana, dispuesto a organizar ante el Sevilla un espectáculo con todos los ingredientes que precisa. La polémica por la negativa sevillista a adelantar el encuentro de la segunda jornada de Liga al martes para que los barcelonistas cuenten con sus internacionales ha desembocado por el momento en ese horario insólito propuesto por la entidad presidida por Joan Laporta. La directiva azulgrana pretende convencer a las selecciones implicadas de que sus internacionales sólo llegarán unas horas más tarde que los que militan en otros equipos que han programado sus partidos para el martes, aunque la cosa está difícil. Por el momento, la programación en el club se ciñe a la de ese sorprendente horario de medianoche, desvelado por los jugadores como 'lícito' para pachangas. Cuando se le preguntó a Patrick Kluivert si alguna vez había jugado a esa hora, su respuesta entre sonrisas fue clara: «Sí. Con amigos». Parece que a los futbolistas les complace disputar un partidillo en vacaciones a la luz de la luna sin el rigor de la competición oficial y sin adaptarse a los horarios habituales cuando se trata de trabajo. Víctor Valdés tampoco vivirá una experiencia nueva el miércoles. «Algún torneo de verano con amigos habré disputado a esas horas», señaló. Valdés quizá se refería a los habituales trofeos de 24 horas, en los que la competición se comprime en un sólo día y algún participante -con más o menos agrado en función de sus pretensiones- ve como su partido comienza en torno a la medianoche. Phillip Cocu es de los que nunca se ha visto en el trance, a lo mejor porque en su país no se estilan esos «pseudotorneos» que ponen a prueba el aguante de los jugadores. Tampoco los conoce su compatriota Giovanni van Bronckhorst, quien jamás se ha planteado jugar con amigos cuando los demás duermen. Uno y otro, sin embargo, están convencidos de que podrán participar sin problemas en una experiencia en la que ya han tomado parte Kluivert y Valdés. De cualquier modo, parece claro que el partido, al margen de la trascendencia del resultado, debe organizarse como una pachanga y así lo ha entendido la directiva azulgrana. Bocadillos para los aficionados y cómicos sobre el césped una hora antes del partido para entretener al público y meterlo en ambiente. Los únicos que no acaban de verlo claro, aunque acatan la decisión, son los técnicos y responsables del equipo, cuya rutina variará por el cambio horario. ¿A qué hora se programará la siesta? ¿Y la cena? Las preguntas se acumulan en el seno de la plantilla, mientras el club negocia con las federaciones implicadas el retraso en la incorporación de sus internacionales. De momento, Rijkaard ha citado a sus jugadores hoy a las 10.00 horas y todo apunta a que repetirá el martes, con lo que la última sesión comenzará catorce horas y cinco minutos antes del partido ante el Sevilla. Ese último entrenamiento tiene visos de realizarse a puerta cerrada y, tras el mismo, la plantilla se concentrará. El Barcelona da por fijado el horario, pese a las duras críticas recibidas por parte de los directivos del Sevilla, y su esfuerzo en estos momentos se concentra en las negociaciones con los responsables federativos. Holanda se muestra por el momento poco receptiva y sus jugadores azulgrana se declaran a merced de los acuerdos a los que se llegue sin que ellos puedan participar. A la espera de saber el nombre de los jugadores que estarán disponibles para el duelo, la directiva trabaja para convertir una jornada de Liga entre semana en una jornada festiva y los cómicos contratados para el espectáculo, los de la productora del televisivo Andreu Buenafuente, ya le han puesto nombre: «Fútbol de Insomnio».