La selección española pone rumbo a Suecia para disputar el Europeo

España afronta desde el próximo viernes su participación en el Eurobasket Suecia 2003, donde sus metas se confunden entre la gloria y el fracaso: puede ganar el oro -hecho inédito en la historia de nuestro deporte de la canasta- y quedarse fuera de la participación de los próximos Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Si la selección no es primera de su grupo inicial (sistema de liguilla), donde se medirá a Suecia, Rusia y Serbia y Montenegro (antes Yugoslavia), tendrá que medirse a cara de perro en un cuarto partido para acceder a cuartos de final del torneo. Se descarta que la selección concluya última de su grupo y, por tanto, ni siquiera tuviera derecho a eso. Sería en ese cruce, presumiblemente frente a Grecia, Turquía o Croacia (del Grupo D, junto a Ucrania). Pero, ... ¡Tenemos a Pau Gasol! Lleva el número 4, mide 2,15 metros, pesa 103 kilos, se mueve como un base, maneja todas los recursos técnicos de este deporte y sólo tiene 23 años. Es el mejor jugador español de todos los tiempos. El mejor de un equipo flojo de Estados Unidos, el Memphis Grizzlies, pero un conjunto de la NBA, la mejor competición que hay en el mundo hoy en día. Mucha más experiencia Después de dos temporadas entre los mejores, llega a Suecia con más experiencia y la suficiente madurez para convertirse en el jugador sobre el que gire toda la selección. La España de Pau confía en su talento, en su habilidad para generar facilidades en ataque, en su poder intimidador merced a unos brazos larguísimos y en la indiscutible capacidad de mediatización que ejercerá frente a todos sus rivales. Sólo el alemán Nowitzki parece en condiciones de plantarle cara al talismán de Sant Boi. Además, Pau no se encuentra solo, como Kambalas en Letonia, por ejemplo. Ni mucho menos. A su lado estarán compañeros del equipo junior que ganó el oro en el Mundial de 1999, como Juan Carlos Navarro, Felipe Reyes y Antonio Bueno. Los dos primeros tienen destinados roles relevantes en el torneo. Jorge Garbajosa, curtido en la dureza de la Liga italiana, será otro recurso ofensivo determinante. Alfonso Reyes, tras una temporada marcada por las lesiones y el bajo rendimiento, completa el quinteto de pívots gracias a su experiencia. La vuelta de Herreros Alejándose del aro, el seleccionador, Moncho López, ha buscado buena compañía a la referencia en esa zona -Navarro- y ha recuperado a Alberto Herreros. El madrileño, dos años retirado de la selección, es de las muñecas más certeras de la Liga ACB, y era el tiro una asignatura que se consideraba pendiente en este equipo. Pocas veces brillantísimo, pero siempre eficaz, el estudiantil Carlos Jiménez es una garantía de trabajo gris que hace grande al equipo. Algo similar, pero un escalón más bajo, es lo que aporta Rodrigo de la Fuente. La novedad en los puestos exteriores es el catalán y ahora azulgrana Roger Grimau, que ha visto recompensada su brillante trayectoria de los dos últimos años en las filas del Caprabo Lleida. Es el puesto de base el que genera grandes dudas en esta selección. Es indiscutible la calidad y la buena mano de Carles Marco, pero también es visible su vulnerabilidad frente a rivales más corpulentos y altos. Calderón, como estaba previsto, le ganó la partida a Cabezas. La gran recta final de temporada del extremeño con el Tau fue decisiva frente a la irregular trayectoria del malagueño. Todos ellos al mando de un entrenador inexperto en estas lides. Moncho López, que se encontró con el puesto por los sueños blancos del melillense.