Diario de León

La Cultural dilapida su ventaja ante un filial maño muy ordenado

El equipo leonés naufragó en la segunda a consecuencia de la organización del equipo rival

León

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Inicio de temporada y presentación de la Cultural en casa. Después del agrío sabor que dejó el equipo a la afición la temporada pasada, los ahora dirigidos por Luis Ángel Duque quisieron agradar desde el pitido inicial del colegiado asturiano. El esquema planteado por el entrenador culturalista no varió con respecto al que empleó en el primer encuentro del campeonato frente al Tomelloso. Un 4-4-2 elástico, con variantes, según el que disfrutara de la posesión del balón. Una línea de cuatro en defensa, con Negral en el lateral derecho, Casquero en el izquierdo, además de Adriano y Miguel Alfonso en el centro de la cobertura. Como pivotes en la zona ancha manejaron al equipo Soto y Mario. Su pelea para recuperar balones caracterizó su trabajo. Las bandas las ocuparon Fran e Ivo. Rubén Suárez ayudó en el centro del campo, además de acompañar al punta Paulino en la punta de ataque. Antes del minuto diez de juego la Cultural disfrutó de una ocasión por parte de Paulino, además del gol materializado por Rubén Suárez, primero del asturiano, al cabecear de forma soberbia un saque de esquina botado por Mario. El gol asentó al equipo leonés en el rectángulo de juego. Acompasó sus líneas y pasó a dominar cada una de las zonas del campo. La solidez defensiva se reflejó en la zona ancha. La contundencia en las acciones tanto del asturiano Mario como del valenciano Soto influyeron en el resto del equipo. La banda de Fran se convirtió en el punto de referencia del conjunto leonés. Suyo fue un disparo envenenado, que se marchó junto al poste derecho de la portería defendida por Rubén. La Cultural no se conformó con el resultado mínimo a su favor, sino que según se sucedieron los minutos del encuentro mantuvieron el ritmo, con el único propósito de sentenciar el partido. Luis Ángel Duque se dirigió en varias oportunidades a Soto, con la única finalidad de que ocupara más terreno e impusiera un ritmo frenético, que descompusiera por completo al rival. Con criterio Sin embargo, el Real Zaragoza B se rehizo e impuso criterio a su juego, aunque sin ninguna pegada cuando llegó a los dominios del cancerbero culturalista Rafa. Los dirigidos en la parte técnica por Jesús Solana cerraron la cobertura. Trataron de penetrar por ambas bandas, aunque fallaron en los metros finales. Los maños endurecieron su juego en la parcela ancha. Sin embargo, en ningún momento supieron imponerse a sus contrincantes. Soto y Mario mantuvieron el desgaste físico durante los minutos por los que se prolongó la reacción visitante. Los dos futbolistas demostraron conexión con el balón en su poder y cuando había que recuperarlo. Las bandas, sobre todo la de Fran, se convirtió en zona letal. La Cultural reflejó su peligro como le gusta a Luis Ángel Duque. Juego con temperamento. Carriles dispuestos. Y centro de la delantera con la pegada necesaria como para convertir en goles las penetraciones por banda. El choque pudo quedar resuelto antes del descanso, pero las ocasiones que siguieron al gol de Rubén no encontraron el camino de la red contraria. Después del descanso, los pupilos de Luis Ángel Duque continuaron con su mismo esquema de juego, con idénticas intenciones y con un manejo del balón como desea el técnico. Ataque sin resultado Los primeros compases de la reanudación se caracterizaron por la presencia culturalista en ataque. Los leoneses subieron una y otra vez el balón. Rubén Suárez y Paulino sus destinatarios. Los delanteros de la Cultural manifestaron un movimiento continuo. El asturiano apoyó constantemente a la medular, mientras que Paulino buscó la apertura por las bandas en varias acciones. Mostraron que no se trata de delanteros estáticos. Manejaron el balón siempre con marchamo de gol. Cuando sólo habían transcurrido ocho minutos de la continuación, una prodigiosa entrada por la banda derecha de Fran no supo culminarla Paulino en gol, cuando lo más fácil habría sido enviar el esférico a la red de un desconcertado Rubén. El propio Fran, dos minutos después, envió una volea a las nubes, pero siempre con la intención de sentenciar el partido. No fue posible, y el marcador quedó como estaba.

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