Diario de León

España alcanza la plaza para las semifinales, pero no la olímpica

La victoria sobre Israel se queda en insuficiente ante la ausencia griega en la semifinal. Moncho López asegura que la meta es 'poder subir a lo más alto del podio'

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Paco Rengel - goteborg
León

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España sudó su acceso a las semifinales del Eurobasket. Supo sufrir y resolver los problemas que le planteó Israel desde la disciplina; sin la brillantez de otros días, pero con la eficacia que se le supone a un equipo superior. La selección se marchó al vestuario entre abrazos: si Grecia se clasificaba después para la misma ronda, tenía asegurada su presencia en los Juegos de Atenas; si no, disponía de dos partidos para ganar uno y lograrlo por sí misma. Objetivo cumplido. Ahora, a soñar, que es gratis. Dos 'mates' seguidos -de Gasol, claro- a tres minutos del final, y eso se queda en la memoria. Seguro que fueron de las imágenes más repetidas por televisión, las que salieron en los informativos. Pero España no venció ahí a Israel. Eso sólo fue una rúbrica de su superioridad. Consciente de que el encuentro lo planteaba el adversario desde la dureza defensiva, Moncho López supo mover sus piezas para ganar a Israel en el terreno que ellos elegían para la contienda. Gasol tuvo un par de respiros al principio del partido (dos acciones y 4-0), pero después todo se complicó. La selección israelí, consciente de la trascendencia del catalán en el juego ofensivo español, tenía estudiados todos sus movimientos, sus acciones favoritas, y la labor de sus jugadores era entorpecerle. Lo lograron. En 'pleno calentamiento' Garbajosa establecía un 23-13 para España en el primer cuarto que quedaba reducido a un 28-22 al final de ese periodo. Primeras acometidas Meir Tapiro, un escolta de gran rapidez, perfecta muñeca y buena visión del juego, fue el artífice de las primeras acometidas israelíes. Tapiro y el pívot Kozikaro abrumaban a una selección imprecisa en ataque y daban el primer aviso en forma de empate: 32-32. La selección ofreció un inmediato brote de entereza y personalidad: dos triples -Herreros y Garbajosa- y otro enceste lejano del primero enviaban un mensaje claro al oponente; en lenguaje coloquial: «¡No os paséis!» (40-32). En el descanso, con 44-36, en el vestuario español se habló de las dificultades que iba a entrañar sacar el partido adelante; de que, tal como esperaban, resulta muy incómodo jugar frente a Israel. Las conclusiones técnicas se observaron después de un tercer cuarto muy equilibrado -58-51 concluyó- y justo antes del salto inicial Calderón, De la Fuente, Jiménez, Felipe Reyes y Gasol era el quinteto en pista para el tiempo decisivo. Moncho López había apostado por el esfuerzo atrás, por la defensa, como recurso para acceder a semifinales. Había 'leído' perfectamente el mensaje enviado por su homólogo Katzurin. Todo un jefe Carlos Jiménez, jefe'en las acciones que nadie ve pero que suman muchísimo para el equipo, se había adueñado de la situación atrás. Era el elemento más incómodo para Israel, que observaba cómo su estrella, Tal Burstein, no podía con el impresionante alero estudiantil. El golpe definitivo lo dio Gasol. Éste le correspondió al ala-pívot del Memphis: cuando quedaban menos de cuatro minutos y parecía que iba a empezar otro ataque trabado por la defensa contraria, Calderón envío un pase excepcional a su compañero para que éste, sin oposición, transformara en el aire. A los efectos de lo que en baloncesto se llama un alley-oop, Israel se rindió y entregó el partido, cosa que no había hecho hasta entonces.

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