Diario de León

OPINIÓN

Una plata que deja un sabor amargo

Publicado por
MARTÍN URBANO
León

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España careció de ritmo en la final del Europeo celebrada anoche en Estocolmo. Como se ha demostrado a lo largo de todo el campeonato, nuestro equipo nacional necesita correr para sentirse a gusto. Incluso, sus dos jugadores más brillantes - Navarro y Gasol - son mucho mejores cuando el equipo contraataca y juega rápido. El ritmo anoche lo impuso Lituania de principio a fin, y eso fue fundamental para hacerse con el título de manera muy merecida. Aunque ambas defensas eran individuales, la verdad es que no se parecían en nada. Cada jugador español vigilaba muy estrechamente a su par, pero ni el uno contra uno, ni las ayudas, especialmente de los hombres altos, eran buenas. El dispositivo defensivo lituano carecía de la intensidad del nuestro, pero en inteligencia y colocación era casi perfecto. Cuando el ataque español mandaba el balón a un lado, los lituanos se situaban casi en zona, congestionando la pintura. ¡Vamos, lo que hay que hacer! Porque afortunadamente, en nuestro deporte no todo es energía, el cerebro también cuenta. Jasikevicius empezó a crear problemas, el ataque de España acabó arruinándose, porque allí sólo tiraba a canasta el propio Navarro y Lituania se aprovechó del desorden para abrir brecha con un ataque que alternaba, con buen criterio, los dos contra dos y los bloqueos verticales, pero sobre todo, tenía paciencia para encontrar a sus hombres altos cerca del aro español. Con el tanteo muy favorable, Lituania volvió a la zona, ni la presencia de Herreros le importó al técnico lituano, ya que España, sin ningún rigor defensivo, se limitó a un intercambio de canastas, que sólo valió para que Gasol se asegurara el premio al máximo anotador. Por su parte, Jasikevicius y el serbio Predrag Drobnjak se llevaron los premios al jugador más valioso y al mejor reboteador de la cita sueca respectivamente.

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