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Publicado por
FRANCISCO ÁVILA
León

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EL DEBATE sobre la conveniencia de alinear a dos extremos (Ricardo Quaresma y Marc Overmars) en lugar del tridente Ronaldinho-Saviola-Kluivert volverá a sonar con fuerza en el barcelonismo durante la semana, un eco producido por el triste empate ante Osasuna (1-1). Cuatro partidos ligueros han servido para demostrar que el Barcelona de Frank Rijkaard está muy verde y que a pesar del plus que supuso la contratación del brasileño Ronaldino Gaucho, el equipo juega desorientado, sin ritmo ni ideas frescas. Hasta la fecha, los resultados esconden la realidad. Los barcelonistas han ganado los dos partidos jugados como visitantes (0-1 Bilbao y 1-2 Albacete), pero han sido incapaces de resolver los dos encuentros jugados en casa, dos partidos con un mismo patrón, resueltos de la misma manera (1-1) y con sendos tantos de Ronaldinho. Rijkaard tiene una idea muy clara de cómo debe jugar su equipo en la parte trasera. La defensa ofrece buenas sensaciones, el meta Víctor Valdés raya a gran altura, pero a partir de la medular empiezan las dudas. En el doble pivote, Xavi está desconocido. El canterano ha sido uno de los referentes del equipo en las últimas temporadas, pero en la presente no participa en la creación y esa ausencia resiente mucho el ataque barcelonista. Su acompañante, Gerard López, es de lo mejor del equipo. Después de unas temporadas en las que su juego en el Barcelona ha sido puramente testimonial, el jugador de Granollers se encuentra muy a gusto en la posición en la que juega. Tiene llegada a puerta y su fútbol físico ayuda mucho en la medular. En las cuatro posiciones que restan por analizar está la clave del juego barcelonista. Teniendo en cuenta que por calidad y posición en el campo Ronaldinho es insustituible, el debate se centra en si Rijkaard debe alinear a dos extremos puros u otorgar más oportunidades a la pareja Saviola-Kluivert, además de mantener como extremo a Luis Enrique. La tripleta que forman el brasileño con Saviola y Kluivert parece llamada al fracaso si el equipo no juega por las bandas. Durante la pretemporada, las probaturas que Rijkaard realizó con extremos, especialmente con el explosivo Ricardo Quaresma, ofrecieron resultados positivos. Saviola era el referente y Overmars o Luis Enrique jugaban por la banda. Frente a Osasuna, el equipo se transformó con la entrada de Quaresma, cuando el colapso ya era absoluto. Además, la situación de Kluivert en el equipo es controvertida. El holandés, en el punto de mira de los aficionados, es observado con lupa y cualquier acción desafortunada es saludada con protestas. Se le critica por su falta de acierto, pero Kluivert poco puede hacer si el equipo tampoco crea situaciones de gol. Por ejemplo frente a Osasuna sólo llegó cinco veces sobre la meta de Sanzol y no remató ni una sola vez a puerta, porque el tanto de Ronaldinho llegó tras rebotar el balón en un defensa. Al Barcelona no le falta un hombre gol, sino crear oportunidades. El máximo goleador del equipo es el defensa central (Philip Cocu) y de los cinco tantos marcados en cuatro partidos, dos de ellos han sido con la intervención de defensas contrarios. Por eso en los próximos días se volverá a hablar sobre la necesidad de jugar con extremos y seguro que Rijkaard se replantea el planteamiento táctico. «Hay que ponerse a trabajar para ver cómo podemos resolverlo», dijo el holandés. El secretario técnico, Txiqui Begiristain, también coincide en el análisis: «El equipo tiene un problema: no está fino», aunque va más allá: «Hay que jugar con gente por banda, aunque ahí pueden jugar otros que no sean especialistas. Pero si los pones puede ser más fácil». Mientras tanto, el equipo ha vuelto a entrenarse esta misma mañana para preparar el estreno europeo del equipo ante el desconocido conjunto eslovaco del Matador Puchov.

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