Lucha leonesa: luces y sombras

Luces y sombras en la Lucha Leonesa; como en todas partes. Grises y claros, más de aquéllos que de éstos. Los niveles de desconcierto y contradicción en casi todos los ámbitos de la L.L. son tales que -por ejemplo- Mansilla, Cistierna, Boñar, Riaño o Gradefes pasan por ser los «santuarios del aluche»; sus grandes protectores e impulsores. Pues resulta un tanto paradójico si se piensa que son ya de los escasos sitios donde se cobra por presenciarla. No tiene ningún mérito ofrecer L.L. a costa del espectador. Seguro que el Ayuntamiento de Mansilla no tuvo la geta de cobrar en sus fiestas por ofrecer lucha de brazos, fútbol, billar, dominó, mus, tute..., tiro al plato, pelota y todos los demás deportes o juegos de cualquier tipo. Qué es, que el polideportivo y el frontón están más amortizados que las tapias del corro? ¿Habría que pagar por escuchar a «La Braña» de haber actuado en la plaza en lugar de hacerlo en el transcurso del corro...? «Que es una causa perdida» nos comentaban algunos. Acaso los mismos que nos decían que se trataba de una causa perdida lo de la clasificación por el sistema de Liga (clasificación general acumulada), el reloj electrónico y la báscula ídem, el corromóvil... y que hoy constituyen una «causa ganada». Además que, en todo caso y en última instancia, lo sería con los actuales dirigentes, pero puede que no tan perdida con otros. O con una nueva generación con otro -auténtico- concepto de la L.L. como deporte moderno y al tiempo como emblema permanente de leonesidad. Es precisamente en esa sintonía de nueva generación, y como contrapunto a sombras y grises en la lucha leonesa, las luces y los claros en forma de esa estructuración luchística en base a clubs que preconizan mentalidades con sentido de modernidad, apertura, renovación... Y no hay razón para no personalizar: Héctor de Castro (Cistierna), Jesús Oblanca (Villabalter), Pablo Llorente (Mansilla), José Antonio Robles (Campohermoso). Como referente testimonial, extractamos el testimonio directo de los propios rectores de un club de lucha -el San Guillermo en este caso- aparecido en el último número de la publicación «Al Corro» y como en otras ocasiones lo hemos hecho con otro club. «(...) Este club, con personalidad y jurídica y capacidad para obrar sin ánimo de lucro, tiene como fin el fomento, la promoción y divulgación de actividades físico-deportivas en la etapa inicial o base de sus asociados y practicarán como deporte principal la lucha leonesa (...)