Diario de León

Un Ademar muy superior endosa una goleada de escándalo al Arrate de Éibar

Ademar quería desquitarse del mal sabor de boca que le dejó la derrota ante el Teucro y encontró el perfecto rival para que pagara los platos rotos, un Arrate muy endeble que, sobre todo en la primera mitad, estuvo a merced de los leoneses. Sa

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Presentar al equipo «a la alemana» (en la Bundesliga, el speaker anuncia el nombre del jugador y la afición contesta a coro con el apellido) será una idea estupenda el día que la grada se sepa la parte que le corresponde en la escenificación de los prolegómenos del partido, y fundamentalmente, cuando alguien explique al personal lo que tiene que hacer para ejecutar una idea estupenda, que además, da mucho colorido, pero que de momento, está en fase incipiente, por lo visto. Eso, y aprovechar las excelencias del himno del club, especialmente pegadizo, pero poco coreado en voz y en palmas mientras el banquillo se entretiene en las últimas explicaciones antes de arrancar el partido, son un par de mínimas asignaturas pendientes, que sobre todo, de cara a la Copa de Europa, pueden aportar un par de goles extra a favor del equipo ya de salida. El entorno del equipo, también es balonmano, y como quiera que la diferencia abismal entre Arrate y Ademar no dio para sacar muchas más conclusiones estrictamente referentes al juego, resulta que al paseo en que se convirtió la primera victoria de León en casa se le sacan apenas unas cuantas lecturas, y no es que la más importante refiera a la parafernalia pre-partido, pero ya puestos... Jorge Martínez va a más. El cancerbero asturiano despachó al final con un 36% de efectividad un partido que en la primera parte se movió en registros de 6/7 en paradas. La escasa consistencia de los argumentos de ataque que demostró el equipo de Eibar en el Palacio se sumó al acierto en el trabajo del 5-1 inicial, luego reconvertido a 6-0 con el paso del tiempo. Y así, la portería sigue ganando peso con el paso de los partidos. Sobre la primera línea Asunto de debate postrero es la primera línea. La evidencia de que Perales tiene talento para actuar como central y de que Raúl Entrerríos se desenvuelve con más naturalidad como lateral izquierdo, donde realmente exhibe la calidad que guarda (pero entonces ¿cómo compatibilizarlo con Kjelling?) hizo que el juego estático de León cambiara de cara en esta ocasión, si bien es cierto que el rival se carga de nombres de cierta enjundia, pero es poco práctico a la hora de moverse en bloque. Debutó Marco Curuvija. Al serbio se le llenó el zurrón de goles a base de contragolpes, con la particularidad de que los lanzamientos estratosféricos con los que finaliza las acciones, se antojan especialmente complicados para los porteros, poco habituados a que un contraataque acabe con el tiro de un sujeto que, a los dos metros de estatura que ya tiene de por sí, añade casi otro más de extensión de brazos... Cae un meteorito lunar, más que un balón. Ganó Ademar, por cierto. Pero es que el margen de las dudas era nulo casi. Huétor Tajar de Granada, Roquetas de Mar de Almería y SPE Strovolou de Nicosia (Chipre) ya tienen un compañero más en la nómina de equipos especialmente flojos a su paso por el Palacio de Deportes. León colocó un 13-1 llamativo en el marcador en poco más de un cuarto de hora, pese a que Kjelling, más metido en su nueva faceta defensiva que en otras labores, despachó el partido en 0/5 en lanzamientos. Rotación de minutos Cuando el desastre ya estaba hecho, Arrate se liberó de su nula partida de extranjeros, y con Fran Cano por estandarte fundamental, (siete goles) se aguantó en un decoroso 20-15 como parcial de resumen de la segunda parte. Así que en la rotación de minutos, Roberto salió ganando para quedarse con una estadística interesante, y el equipo en bloque se aplicó a un último esfuerzo de diez minutos para mejorar los números y convertir la docena de goles de diferencia en la que se había movido tras el descanso en los dieciséis finales. Volvieron a comparecer en cancha Kobine, Erlandssen, Cutura y compañía, pero el farolillo rojo de la categoría vive a base de nacionales. Curioso. León puso parte de su mente en Vigo. El autobús este año va a ser siempre sinónimo de angustias.

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