Diario de León
Un salmón realiza un espectacular salto en su avance imparable  contra la corriente

Un salmón realiza un espectacular salto en su avance imparable contra la corriente

Publicado por
Ordoño Llamas Gil - león
León

Creado:

Actualizado:

Las migraciones son un fenómeno que afecta a todos los peces vivos que no se han convertido en sedentarios por evolución o por habérseles cortado el paso con obstáculos insalvables, dejándolos aislados del resto de sus congéneres. Estos desplazamientos todavía son un misterio en ciertos aspectos, como la unanimidad para desplazarse unos días y horas determinados, si bien sabemos que los efectúan debido al fuerte arraigo de su instinto de reproducción que les hace volver a los lugares de nacimiento, idóneos para efectuar la puesta. También se producen migraciones por estiaje o sequías, que obligan a ciertos peces como las truchas a aprovechar las pequeñas corrientes para subir hacia lugares con mas caudal y mas oxigenados o profundos, donde esperarán a que el clima sea favorable para regresar con las crecidas a sus lugares de origen o bien a aposentarse en el nuevo habitat. En los mares es donde se dan los casos de migración mas asombrosos, que vamos conociendo con mayor certeza durante los últimos años gracias a los reportajes televisivos, con informaciones científicas al respecto. Pero el mar es otra cuestión. Los terrícolas del interior conocemos o hemos visto las evoluciones de los peces de agua dulce y las de los que habitan en las dos aguas, desovando en los ríos y marchando a vivir al mar, como los salmones, sacrificándose sin egoísmo en su ejemplar ascensión de los ríos que los vieron nacer, para depositar su semilla de vida y morir en su mayoría después de haber asegurado (por lo menos intentado asegurar) su descendencia. Parece ser que hay especies de salmones que mueren todos, sin excepción, como hemos podido ver en los reportajes. Me estoy refiriendo, claro está, a los salmones libres, porque desde que se han inventado las piscifactorías marítimas, muchos millones de salmones crecen, engordan y mueren cuando los extraen, en el mismo lugar, y la única migración que tienen es después de muertos, desde estos cebaderos hacia los super e hipermercados internacionales, donde serán expuestos y vendidos. Existe un pariente del salmón y de la trucha que suele habitar en las dos aguas, pero sólo en los ríos salmoneros del norte de la península, que llaman trucha mariega o reo, y sobre el cual no sé si emigra o no. Sí sé de su fortaleza y dotes de defensa, que ponen a prueba los nervios del pescador. Hay otra especie muy apreciada, la anguila, pero en su estado de alevín como es la angula, cuya migración es inversa a la de los salmones, puesto que viven en los ríos y marchan a criar al Mar de los Sargazos, según nos cuentan. Muchos millones de huevas tienen que poner y casi otros tantos alevines nacer para llegar unas pocas, atravesando miles de kilómetros de mar abierto, a las desembocaduras de los ríos, donde serán casi exterminadas por el precio del mercado, subiendo las pocas que se salvan de esta masacre por los ríos para aposentarse y vivir hasta su mayoría de edad, constreñidas a hacerlo en los pocos kilómetros que hay hasta la primera presa o pantano que les cerrará el paso, sin poder continuar hacia posiciones mas altas, en otro tiempo habitadas por sus antecesoras. En el interior, donde no tenemos litoral, apreciamos con exageración a la especie trucha, siendo la mas extendida por todos los ríos, arroyos y lagos de las laderas montañosas de nuestra península, y que no suele tener costumbres migratorias, como no sean las de subir a desovar a las cabeceras o raseras inmediatas a su querencia, donde dispongan de aguas someras y grijo en el lecho, que removerán con sus colas para depositar las huevas. Y también la tendencia a ir subiendo paulatinamente desde las zonas bajas hacia lugares de aguas mas limpias y oxigenadas, durante el estío. Ocurre como con los salmones, que se pueden degustar cuantas quieras de piscifactoría (arco iris), pero autóctonas de río casi no quedan ya, por culpa de todos: furtivos, contaminación, pescadores y administración. Aquí viene a cuento el dicho de «entre todos la mataron y ella sola se murió». Los barbos también son anualmente migratorios, ascendiendo grandes distancias por los ríos desde las zonas bajas o pantanos durante el mes de Junio, cuando se ven muchos grupos de varios ejemplares subiendo por las orillas y regatos, revolcándose entre ellos para desovar, con los característicos chapuzones. Esta especie aún mantiene un porcentaje de individuos considerable, a pesar de la contaminación y de los obstáculos que encuentran, como las presas y retenes, sin escala para peces. Todos conocemos la concentración de barbos que siempre existe en el Esla en Benamariel, por debajo del muro, donde se pescaban a «robo» ejemplares soberbios. En el Bernesga, bajo el puente de San Marcos, cuando el muro de contención era mas bajo, disfrutabas de un espectáculo precioso al verles saltar, igual que los salmones, para superar el obstáculo. Ahora ya no llegan a pasar la sucesión de muros de cemento demasiado altos y sin escala que encuentran en el camino. Extraño caso el de la migración de las bogas, que subían por el Esla y el Orbigo principalmente, en cardúmenes de cientos de miles de ejemplares, y era un gozo verlas la barriga plateando en las tablas. Ahora apenas se las ve. En el Esla, desde que comenzó a soltar el agua el pantano de Riaño, dejaron de subir las bogas de tamaño mediano y pequeñas y, sin embargo, subían bastante grandes (300-500 g.) que padecían una enfermedad de llagas rojas redondas en la piel, por lo que los pescadores dejamos de ir a las zonas bajas. ¿Qué les ocurre a las bogas que subían antes por estas zonas? ¿Están desapareciendo? ¿Tiene esto alguna relación con la perca sol y el cangrejo rojo? Sin embargo, en el pantano de Riaño cada vez hay más, cuando lo que tenía que haber eran truchas. Los cachos (escallos) también han desaparecido casi por completo de los ríos, y sólo se observa la migración de los del pantano de Luna, que suben a desovar al río. En el Órbigo (zona baja), en sus épocas de esplendor, se pescaban muchos a pluma, al mismo tiempo que podías enganchar alguna trucha grande que entraba al escallo.También los gobios y las bermejuelas siguen subiendo, pero en menor cantidad que hace pocos años. Las tencas, carpas, carpines, blak-bass y lucios, suelen ser sedentarios y sólo se movilizan para colonizar las aguas apropiadas a su hábitat, generalmente zonas de transición y del barbo, pero ahora, con los cables utilizados para eliminar lucios, están en decadencia.

tracking