Diario de León

La euforia de la Copa pasa factura a la Cultural, que cayó ante el Sansebastián de los Reyes

El San Sebastián de los Reyes se presentó en el estadio Antonio Amilivia con la intención de aprovechar el estado de euforia de la Cultural, después de eliminar al Albacete de la Copa del Rey. Sin embargo, el equipo leonés saltó al césped muy

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Muy pronto el equipo leonés creo ocasiones de gol ante la portería defendida por Leal. Antes del minuto diecisiete, el defensa Vaqueriza sacó dos balones debajo de la portería madrileña. En el segundo, tras remate de cabeza de Adriano, la grada del municipal leonés ya cantaba el primer gol de la tarde. No fue así, aunque la Cultural mantuvo el interés por persistir en esta línea. El esquema de Luis Ángel Duque volvió a mantenerse una jornada más, aunque varió a dos jugadores en la alineación. Uno por obligación, al entrar Roberto Landáburu por la lesión fibrilar de Negral, y otro por decisión técnica, al entender el técnico culturalista que Rubén Suárez tiene más gol en sus botas que el futbolista de Castrillo de las Piedras Rubén Vega. La línea de cuatro en defensa se mantuvo firme y contundente en la primera media hora de juego, con un Adriano amo y señor de cuantos balones se disputaron en su zona de influencia. La medular se caracterizó por un Soto trabajador en el pivote, bien secundado por Sarmiento en la distribución y por los interiores en la penetración por las bandas. La delantera, presta a aprovechar los servicios de sus compañeros, con Rubén Suárez como enganche con el centro del campo. Todo estaba diseñado para que los goles cayeran como fruta madura en la portería contraria. Pero la tranquilidad leonesa se intranquilizó con la expulsión por doble cartulina amarilla del local Roberto Landáburu en el minuto 32 de partido. Con una hora de juego por delante, el técnico culturalista, Luis Ángel Duque, se vio obligado a recomponer las líneas del campo. Fran cubrió el puesto de Landáburu en el lateral derecho, mientras que Rubén Suárez se pegó al carril diestro, con lo que Paulino se quedó solo en la punta del ataque leonés. El bloque leonés se resintió en sus cimientos. Los minutos que siguieron a la expulsión de Roberto Landáburu pesaron más que los jugados. El San Sebastián de los Reyes se dio cuenta de la endeblez leonesa. El cuadro madrileño quiso sorprender a la cobertura del meta Rafa a través de balones a la espalda de su línea defensiva. Muy pronto sacó partido a sus intenciones. Cuatro minutos antes de la conclusión de la primera parte, el equipo visitante acertó a batir la portería del cancerbero local. El lateral derecho Vaqueriza penetró por la banda derecho, mandó el esférico al segundo palo y Espino, libre de marca, situó el primero en el marcador para su equipo. La Cultural quiso reaccionar en el escaso tiempo que restaba para la finalización de los primeros cuarenta y cinco minutos, pero el pito del colegiado gallego Pérez Alleres lo impidió, al dar por concluida la primera mitad. El entrenador Luis Ángel Duque mandó calentar a Mario y a Rubén Vega, con la finalidad de dar un giro brusco al partido. Los primeros minutos de la segunda parte se caracterizaron por un quiero y no puedo de los componentes de la Cultural. Duque varió su esquema inicial. Lo le quedó más remedio. Miguel Alfonso ocupó la banda derecha, aunque no excesivamente lejos de Adriano en el centro. Se la jugó con sólo tres hombres en defensa. Fran y Rubén Suárez retornaron a sus posiciones originarias, si bien echaron un ojo a la banda derecha. Las acciones a balón parado se convirtieron por momentos en el mejor recurso de los locales para tratar de poner las tablas en el tanteador. Los intentos leoneses tropezaron una y otra vez con el guardameta visitante Leal. La contra se transformó en el arma letal de los madrileños. La primera llegada de los visitantes en la segunda parte provocó el segundo gol, tras indecisión entre el portero Rafa y el central Miguel Alfonso. El balón llegó a los dominios de Javi Moreno, que no dilapidó el regaló para enviar mansamente el balón a las mallas. La Cultural, herida en su amor propio, quiso contrarrestar los dos goles de desventaja con algunos envites hacia el área adversaria. Un saque de falta de Adriano fue sacada por Leal y después Paulino remató el rechace en muy mala posición. La presencia de Pablo en el ataque dio un aire más ofensivo a la Cultural. Creo ocasiones el de Mansilla de las Mulas, pero fue el batallador Soto, en los minutos de descuento, el que estableció el definitivo uno a dos a favor del equipo madrileño. EN UN PARTIDO que transcurría de una manera normal y muy fácil de dirigir, solamente se señalizaron siete faltas hasta el minuto 33. En la octava llegó la jugada clave del partido, cuando el colegiado gallego Pérez Alleres se sacó de la chistera la segunda amonestación de Roberto Landáburu, injusta totalmente para cargarse el partido. La explicación, es que algunos árbitros de Segunda División B, con el modelo de informe que existe, lo único que buscan en un encuentro fácil como el disputado ayer en el Amilivia, es complicarlo ellos solos, para que el informador del partido los considere con una dificultad media como mínimo. Mal sistema el dirigir de cara al informe sin pensar en las consecuencias que tiene para los equipos. En su segunda temporada en la categoría, Pérez Alleres, venido de la operación talento, que tan brillantes resultados está dando, demostró que su sitio es la Tercera División, categoría a la que retornara tarde o temprano. Como no cambien pronto este sistema de ascensos, tendremos que ver muchos árbitros como este a menudo. Aunque estuvo bien físicamente, a veces su mala colocación le llevó a estar excesivamente lejos de la jugada, estando en jugadas a balón parado mal situado, inaudito en Segunda División B. En lo único que se mostró destacado fue en la aplicación de la ley de la ventaja que la ejecutó a la perfección. Los asistentes no influyeron ni en el juego ni en el marcador del encuentro, pero tuvieron varios errores de apreciación. En suma, se trató de un arbitraje de los denominados listos, pero que sólo realizan aquellos colegiados que son malos.

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