Luces y sombras

MEJOR SOMBRAS y luces. Porque, como en la creación del Universo, primero fueron las sombras, luego se hizo la luz. Así la Cultural hizo carne de gozosa realidad su victoria ante el Talavera. Un primer tiempo densamente gris -como la tarde- y una segunda parte luminosa. Tedio, sin juego y sin nervio. La desazón fue denominador común entre los aficionados presentes en el estadio. Poco juego y pocas ideas, en los dos bandos; el centrocampismo como base y la inoperancia como altura. Total, comentarios desazonados en el descanso. Pero se inició la segunda parte y se hizo la luz, como en la tarde lluviosa y gris. La Cultural, poniendo nervio y jugo en el lance, pasó a dominar con autoridad y fundamentos el partido. Ocasiones de gol, donde antes había habido clamorosa ineficacia. Un ataque ordenado, llevando el juego por las alas, por donde se hace realmente daño a estudiadas defensivas. Primero Adriano, que además de repicar sabe estar en la procesión de los goles, abrió el marcador; una jugada espectacular llevada por la banda con velocidad y dominio de la situación por el leonés Pablo -muchas veces absurdamente cuestionado, tal vez por aquello de que nadie es profeta en su tierra- finalizó con centro templado a la cabeza de Paulino que remató perfectamente, evidenciando su condición de goleador. Pudieron marcarse más goles, pero faltó acierto en el último momento o exceso de individualismo. Total que la Cultural, en una buena segunda parte, trocó las lanzas de la censura por las cañas de los aplausos que premiaban su buen hacer. Tal vez en el descanso, una filípica del entrenador, o una reconsideración de lo que se estaba haciendo, obraron la luminosidad del hacer culturalista. Sombras y luces. Tedio y divertimiento. Partido para el análisis, entre jugadores y técnico, para que desde un principio brille la luz y no haya que recurrir el interruptor para dar paso a la visión clara. Secuencia: La Cultural sabe y puede... lo que falta, o puede faltar, está totalmente al alcance de los «actores». En Menorca, cancha siempre poco propicia, despertó Baloncesto León, rompiendo las sombras que cubrían su andadura con un rayo de luz que es a un tiempo, rayo de esperanza. Falló Ademar en su partido de Copa de Europa. Y es el caso, señor, que tuvo la victoria al alcance.