Ademar se da a la genuflexión (26-31)

Ademar se fue a la ducha herido. Ciudad Real salió del Palacio en medio de la ovación suave. Es la diferencia. Bajo la camiseta blanca, el futuro se hizo negro anoche, y León conoció que, en la carrera por el título, que auguraba grandes emociones a principio de campaña, ceder al líder cinco puntos de ventaja en ocho partidos no es buen negocio. Así que, si desde ayer no hay un candidato menos a la primera plaza la final de la campaña, sí hay algo más que una interrogante grande en torno a un bloque que por si acaso encuentra la crisis a la espalda, no quiere girar la cabeza pero tuvo que agacharla ayer. Ganó Ciudad Real. Porque es más equipo, porque tiene más calidad, y porque funcionó como un bloque. No es una apisonadora la escuadra de Juan de Dios Román, pero supo hacer lo necesario para templar el inicio del partido, romperlo cuando la noche tocaba a arrebato, y aguantó la única vez que se le puso un poco cuesta arriba, con sentido del mando. Así que, camino de Valladolid, hoy viaja un equipo que disputa este fin de semana la Supercopa pero que por delante tiene más de un título a la vista. ¿Y León?. Está roto Ademar. No funciona la portería desde hace tiempo. Al margen de Raúl Entrerríos (que no es poco, vista la progresión que lleva) Cadenas no cree tener directores de juego. En los laterales los números responden más a impulsos que a continuidad, la ruleta de movimientos en las alas no conduce a nada bueno (nadie se siente firme en los extremos) y con los pivotes los papeles están cambiados. Así que ni el 6-0 de Colón y Vatne en el centro resultó garantía suficiente contra el ataque más sólido de la Liga, ni el 5-1 arregló en la segunda parte el desaguisado. Porque bastó que Ciudad Real quitara el avanzado de Zaky, justo a la salida de la única exclusión que sufrió León en todo el partido, para que a partir del primer cuarto de hora, un parcial 1-6 letal matara el marcador (9-14). Ruleta de cambios A esas alturas de partido, Zorman ya era el segundo central que lucía Ademar, porque el primero, el Entrerríos pequeño , se había ido al lateral, a intentar levantar el 2/5 de Kjelling. Luego Colón hizo de Juanín en el ángulo, porque el símbolo de la casa marista estaba en 2/4, Krivochlykov le cogió el sitio a Roberto (un partido complicado como el de ayer no permite diluirse de esa manera) y Prendes se convirtió en el tercer inquilino del pivote. Eso, sin contar con que los porteros ya habían ido y venido del banquillo... Mucho cambio, demasiada rotación, y síntomas evidentes de que las cosas no marchaban. Lento y seguro Así que a Ciudad Real le bastó con aplicarse a la política de no perder balones para hacer frente a un equipo que, ya puesto a las malas, hasta perdió por lesión a Julio Muñoz, en un segundo intento de jugar con tres diestros en la primera línea. Pero ni por esas. El segundo tiempo recogió de nuevo al equipo base de Ademar en el retorno a pista. Si acaso, sobrevino un tímido intento de reacción cuando el líder se perdió en la inmensidad del triunfo y olvidó el cronómetro para darse a las veleidades defensivas (22-25). Entre los errores en las finalizaciones y las faltas técnicas, la intentona de golpe de estado que puso en marcha León se fue por donde vino, y con otro parcial 0-4 con acuse de recibo (22-28) al partido se le murieron los últimos hálitos de vida que le quedaban. Despertar duro, se anunciaba para esta mañana.