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Se presenta una buena temporada de perdiz, liebre y aves acuáticas

El domingo comienza la temporada de caza menor El otoño es el mejor momento para disfrutar de la pesca del lucio

La provincia de León cuenta con casi un millar de acotados que abrirán en su inmensa mayoría

Dos aficionados muestran un ejemplar de lucio de seis kilogramos y 98 centímetros

Publicado por
Pedro Vizcay P. Vizcay - león león
León

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El próximo domingo, día 26 de octubre, se abrirá la veda de la caza menor. La temporada que comienza presenta, según los expertos, unas buenas perspectivas para la perdiz, que ha criado relativamente bien después de un verano muy caluroso y un otoño húmedo. Las poblaciones de liebre son aceptables al igual que las de aves acuáticas. De cualquier reguero o laguna puede arrancarse un bando de patos, tanto de azulones como de cercetas que ya han comenzado a entrar. La nota negativa la pone, un año más, el conejo de monte muy afectado por los calores rigurosos del verano. Las previsiones suelen ser bastante optimistas, si bien, luego la realidad pone las cosas en su sitio. Parece que tendremos un año relativamente bueno de perdiz. Ya en la media veda se apreciaron buenos bandos que se han conservado prácticamente intactos. En la montaña también se aprecian bandos bien nutridos tanto de rubia como de pardilla aunque esta última no se podrá cazar un año más. Desde que se caza el jabalí en las semanas previas a la apertura de la caza menor han mejorado las poblaciones de perdiz. La abundancia de cochinos resulta fatal para la caza menor ya que son muchas las parejas de patirrojas que no logran polladas por la destrucción de los nidos. Las previsiones para la liebre también apuntan a una buena temporada. El campo, en malas condiciones Las abundantes lluvias caídas durante la pasada semana y principios de ésta han dejado el campo muy blando tanto en los barbechos como y muy especialmente en los escasos sembrados. Al contrario de lo que suele suceder al principio de la temporada en muchas zonas donde el terreno sea barrial o «remanadizo» se caminará con dificultad. Afortunadamente todavía se mantienen temperaturas agradables durante el día y el campo se orea con bastante rapidez. En el monte, sin embargo, las dificultades son menores. Apenas ha helado y la vegetación conserva todavía gran parte de la hoja, reduciendo la visibilidad. Pese a todo y desde las primeras horas de la mañana los aficionados saldrán al campo y al monte con la ilusión de encontrarse con el bando de perdices que siempre han soñado. La provincia de León cuenta con casi mil acotados que abrirán en su inmensa mayoría. En otros casos, sin embargo, la falta de acuerdo entre propietarios y cazadores ha deparado que el campo quede vedado o como reserva. A diferencia de otras provincias, como Toledo o Ciudad Real, aquí predomina el minifundio y la propiedad está tan repartida que resulta muy difícil reunir el porcentaje necesario para constituir o renovar un coto. La mayoría de acotados son administrados por los cazadores locales que apenas aportan beneficios al ayuntamiento o a las juntas vecinales. En otr os casos el campo en su conjunto se arrienda a una sociedad de cazadores que llegan a pagar cantidades respetables en función de la calidad del coto. Puede decirse que el deporte de la caza se ha encarecido notablemente por lo que el número de licencias, a diferencia de la pesca, se ha reducido. A pesar de todo la provincia cuenta con unas treinta mil licencias que, con toda seguridad, el domingo estarán deseando poner una perdiz en el punto de mira. Cuando llega el otoño y ha finalizado la temporada truchera los aficionados tienen todavía la posibilidad de disfrutar con la pesca del lucio. El Esla, por debajo de la desembocadura del Bernesga, y el Órbigo, aguas abajo del Puente Paulón, son los escenarios ideales para capturar el «tiburón de río». Pescar lucios supone, además de un buen entretenimiento, una medida imprescindible para mantener controladas las poblaciones de este veloz y voraz depredador. El lucio, introducido hace bastantes años en los cursos bajos de los grandes ríos, fue colonizando las aguas trucheras hasta el punto de constituir una verdadera plaga hace algunos años. Afortunadamente la presión ejercida sobre él ha mermado considerablemente sus poblaciones que, en la actualidad, se mantienen estables o a la baja. Ello no ha impedido que sigan apareciendo grandes ejemplares en algunos tamos del Porma, Órbigo y Esla y que prosiga su remontada en otras zonas trucheras por excelencia como el río Luna, donde ya aparece de forma masiva en el embalse de Selgas de Ordás. En el lado positivo el lucio constituye una pieza muy apreciada para el pescador deportivo, ya que con frecuencia pueden capturarse ejemplares mayores de seis kilogramos e incluso con un más de un metro de longitud. De aspecto temible, manifiesta gran agresividad al acometer a sus presas, lo que proporciona gran emoción a la «picada». Preferentemente habita aguas tranquilas y utiliza como lugares de caza las orillas o las zonas con abundante vegetación, donde espera a sus presas sobre las que lanza sus veloces ataques. La freza la realiza desde finales de febrero hasta abril, en aguas con una temperatura entre seis y diez grados. La época en la que presenta mayor actividad es precisamente el otoño, ya que necesita alimentarse abundantemente de cara a la reproducción. Las horas en las que se muestra más activo son las de la tarde, aunque en invierno puede picar a media mañana. Cualquier señuelo presentado convenientemente es susceptible de provocar el ataque del lucio. Con la técnica del lance ligero suelen utilizarse cucharillas muy plomeadas y ondulantes, que exciten la voracidad del pez. Los rapalas son también muy eficaces, así como los peces de vinilo. El cebo más eficaz, en las aguas donde está permitido, es sin lugar a dudas el pez vivo, aunque también atacan el pez muerto colocado de forma adecuada y arrastrado en el lance. Quiénes prefieren la cola de rata, acostumbran a colocar un bajo de línea trenzado o acerado y utilizan como señuelo grandes estreamers más o menos plomeados. En estos días de octubre y noviembre son muchos los aficionados que pescan lucios tanto en el Esla como en el Órbigo.