El peligro de un equipo modesto

JORNADA propicia para que la Cultural siga sumando puntos. Ademar descansa por mor de ese esperpéntico calendario talmente confeccionado -no me cansaré de repetirlo ante la evidencia- para restar a las economías de los equipos que integran la Asobal. Después de la cita de anteanoche en Huelva espera una segunda visita, en este caso a Orense, nueva probabilidad de aumentar puntos y de seguir escalando puestos en la clasificación. Es obvio que, con estas dos victorias seguidas, Baloncesto León quedaría redimido de las culpas, contraídas en un mal comienzo, y empezaría a alumbrar posibilidades de cara al futuro, un futuro que no tiene otro objetivo que la clasificación para disputar la fase de ascenso. Las piezas del rompecabezas comienzan a casar y dar los frutos esperados o perseguidos desde un principio. Muchas piezas nuevas que indudablemente necesitan tiempo para su adecuada ordenación. Confirmación de si la base puede alcanzar, en su cimentación, la altura deseada del edificio. Otra salida consecutiva, otra excelente oportunidad para sumar. La Cultural más pendiente del resultado del sorteo del pasado viernes para la Copa -particularmente los jugadores, a tenor de sus peticiones crematísticas- que del partido a jugar en el Nuevo Amilivia ante el modesto equipo maño del Casetas, equipo de barrio, por cierto, sin que en absoluto signifique mengua en su consideración. Aquello del adagio latino (primus vivere deinde filosofare) ve invertidos los términos; porque primero hay que vivir en el buen camino de la competición liguera y luego filosofar, o elucubrar, con la posible dádiva copera. Pero el objetivo de la temporada, objetivo deportivo por supuesto, es el deseado ascenso a la Segunda A -más de seis lustros, impasible lo contemplan- y para ello hay que seguir sumando victorias que son puntos. El empate, aunque también suma modestamente, no sirve, cede en campo propio. La cita, hoy en el Amilivia.