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La Real y el Barcelona se reparten los puntos en una tarde de locos (3-3)

Anoeta vivió una auténtica sobredosis de fútbol ofensivo con goles y emoción hasta el final

Publicado por
Sergi Olego
León

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El Barça y la Real Sociedad acabaron empatando en Anoeta tras una implacable demostración de fútbol ofensivo que hizo las delicias de los espectadores que acudieron a Anoeta. La Real salió con la lección aprendida tras el varapalo encajado ante el Atlético. Los donostiarras quisieron olvidar las últimas derrotas utilizando una dosis extra de adrenalina, y una ocasión de Kovacevic a los dos minutos hacía presagiar un equipo más combativo. Fue un espejismo. El Barça reaccionó con un disparo de Saviola. Rijkaard repetía su prototipo de alineación y el conjunto lo agradecía. Los azulgrana ganaron consistencia y la Real perdía fuelle. A pesar de que el encuentro carecía de profundidad, el Barça encadenaba movimientos con inteligencia aunque faltaba precisión. Un aspecto que tuvo solución gracias a las botas de Ronaldinho. Una falta botada por el brasileño la culminó Thiago Motta. El centrocampista se elevó con suma facilidad ante Xabi Alonso culminando la acción con un colosal testarazo que Westerveld no pudo despejar. El tanto resquebrajó la frágil moral donostiarra. Los últimos minutos de la primera parte situaban a los visitantes con un dominio impropio en sus últimas visitas a Anoeta. La Real parecía tocada pero no estaba hundida. Raynald Denoueix aprovechó el descanso a la perfección. Los donostiarras salieron lanzados. Ofrecieron una versión valiente. La apuesta abrió el partido de forma desmesurada. Tras un error en la definición de Quaresma, los locales voltearon el marcador en dos minutos. Jauregi emuló el remate de Motta colocando un excelente testarazo lejos de los dominios de Valdés. Instantes después llegó el festival arbitral señalando una pena máxima de Motta por un agarrón a Schurrer. De Pedro no falló. Cuando el Barça estaba contra las cuerdas, los cambios de Rijkaard surtieron efecto. La desconocida rabia de Overmars, después de tres partidos en el olvido, colocó de nuevo la igualdad en el marcador. El espectáculo ya no desfallecería hasta el pitido final aunque Medina Cantalejo siguió con su particular exhibición expulsando a Motta por protestar. Primero Karpin y luego Gabri, éste con la colaboración de Westerveld, colocarían el empate final.