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Un ex-culturalista en el bando local

La Cultural adoleció de pegada ante un Alcorcón muy temeroso (0-0)

El equipo leonés dominó el partido, pero fue incapaz de aprovechar sus muchas ocasiones

Publicado por
Ángel Fraguas - enviado especial | alcorcón
León

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El estadio de Santo Domingo no se presentaba en un principio como talismán para la Cultural. El pasado año, el equipo leonés cayó estrepitosamente por tres goles a cero. Sin embargo, en el presente ejercicio, los culturalistas se tomaron el partido como una revancha. El conjunto que dirige en la parte técnica Luis Ángel Duque se presentó en el rectángulo de juego con las líneas perfectamente delimitadas. Cada peón conocía sus funciones. La defensa se presentó desde el comienzó firme y resolutiva. La baja por lesión de Adriano apenas se notó en los compases iniciales. El catalán se asentó en el centro de la cobertura corforme se sucedieron los minutos de la confrontación deportiva. Arropado por Miguel Alfonso, además de Pablo e Iván Casquero, que apoyaron desde ambos carriles, al juntar sus líneas cuando lo requirió la necesidad. Desde el principio, el once leonés dejó constancia de sus propósitos. Llevarse los tres puntos del rectángulo de juego de Santo Domingo fueron la tarea principal y única. Muy pronto, la banda derecha de Fran se convirtió en el punto de referencia de los componentes cultralistas. Una acción bien trenzada desde la medular terminó con un chutazo de Fran que rechazó con apuros el guardameta Gonzalo. Los de Luis Ángel Duque ganaron desde el minuto uno la partida en el centro del campo a los propietarios del terreno. Tanto Sarmiento como Soto supieron contemporizar a los rivales desde la zona ancha. Los mediocentros de la Cultural profundizaron en su juego por ambos carriles. Una de las llegadas del bloque leonés fue culminada en última instancia por José Vega, que mandó el balón al larguero de la portería defendida por Gonzalo, cuando el cancerbero del conjunto local se encontraba completamente batido. Los locales no supieron como contrarrestar el juego con cabeza y acompasado del bloque leonés. Los madrileños se agazaparon en tareas defensivas, con la finalidad de mantener al menos su portal a cero ante el vendaval de juego del cuadro leonés, beneficiado por un estado del césped propicio para desarrollar un fútbol de toque y sin tener que acudir a otros perfiles que no van de acuerdo con la plantilla que atesora el bloque leonés. Los minutos de la primera parte transcurrieron con una Cultural que controló todo el juego. Dominó a placer el partido, hasta que los propietarios del terreno calmaron el compromiso deportivo, a base de faltas técnicas en el centro del campo. Los madrileños frenaron el ritmo de partido impuesto por los culturalistas. Los últimos compases de los primeros cuarenta y cinco minutos se igualaron porque los madrileños se asentaron al rectángulo de juego, con un mayor empaque de lo que demostraron en la primera fase del partido. Mantuvieron las ideas más frescas que lo demostrado en los instantes más comprometedores. Los leoneses cubrieron a la perfección su zona de influencia, con un sentido de la anticipación evidente, según se sucedieron los minutos de juego. El tiempo de intermedio sirvió a los dos conjuntos para recomponer líneas. Un bloque, el leonés, que se caracterizó por la solidez de cada una de las zonas del campo. Los pupilos de Luis Ángel Duque demostraron siempre la situación en la que están ubicados en la tabla clasificatoria. No así el Alcorcón, cuyo juego siempre estuvo bajo el dominio de los leoneses. A los carriles La Cultural inició los segundos cuarenta y cinco minutos con la prestación de Fran y José Vega en los carriles. Siempre mantuvieron en peligro la portería rival. La medular se impuso de nuevo a la adversaria. Soto ocupó una zona del campon imprescindible para que sus compañeros pudieran llevar elocuente peligro sobre la portería defendida por Gonzalo. El Alcorcón, más que equipo local pareció el visitante. Mientras la Cultural llevó todo el peso ofensivo, los madrileños defendieron con toda su tropa su área. Los minutos transcurrieron sin que el marcador se decantara para ninguno de los dos equipos. Ni leoneses ni madrileños acertaban a alojar el balón en las mallas de la portería contraria. Tanto Fran como José Vega y Rubén Suárez se esforzaron para que Paulino gozara de facilidades de cara al marco contrario. Sin embargo, los goles no llegaron. Los últimos compases del encuentro se volvieron locos. La entrada de Alonso propició los mejores momentos para los locales, mientras que la Cultural aún gozó de dos ocasiones por mediación de Fran y Landáburu. No sirvió de nada. El jugador del Alcorcón Alonso se convirtió en el revulsivo del equipo que dirige en la parte técnica Raúl González. El que militara en la Cultural en la primera época de Álvarez Tomé como entrenador del equipo leonés fue el que hizo despertar en el aspecto ofensivo a su equipo. Contrarrestó con su rapidez el juego trenzado de la Cultural en la zona de medios. Penetró como una flecha por el carril izquierdo de medio campo hacia adelante. Fue el jugador más incómodo de los madrileños desde que se incorporó al partido en el minuto 62 cuando sustituyó a Mario. Las acciones de peligro se sucedieron sobre el portal de los leoneses, siempre como punto de referencia en el hábil ex-culturalista, que introdujo a su equipo en una dinámica mucho más atacante en el estadio Santo Domingo. La Cultural, que hasta entonces había gozado de la más absoluta calma en tareas defensivas, tuvo que emplearse a partir de la entrada de Alonso a fondo para taponar las acometidas de Alonso por su carril. Incluso, el propio Alonso ha calado muy rápido entre la afición del Alcorcón. Fiel ejemplo de lo reseñado es que ya existe una peña que lleva su nombre. Alonso asegra sentirse muy agusto en su nuevo equipo, después de su paso por la Cultural.

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