Herrero regresa al trabajo con la idea de ser válido para el equipo

El defensa Miguel Ángel Herrero se incorporó en la mañana de ayer a las sesiones de entrenamiento de la Cultural con la ilusión de un principiante. Una vez reestablecido de su enfermedad cancerígena en la zona inguinal, se reincorporó a los entrenamientos con la intención de convencer al entrenador Luis Ángel Duque de que su estado físico mejorará con el paso de las sesiones preparatorias, hasta volver a ser el portento físico por el que siempre se caracterizó. Herrero ha permanecido un largo período de tiempo de baja tras ser operado de un tumor en los testículos y ya está a disposición del entrenador Luis Ángel Duque, plenamente recuperado de su dolencia. El cántabro Herrero, que realizó ya su primer entrenamiento, pudo conocer a su nuevo técnico y a los jugadores que han aterrizado esta temporada en el equipo leonés, después de las contrataciones efectuadas tras la conclusión de la decepcionante pasada temporada. El defensa se mostró muy ilusionado con su regreso, aunque sabe que va a tener que trabajar mucho para ganarse otra vez la confianza de los técnicos de la Cultural. El futbolista llegó a la Cultural por expreso deseo del anterior entrenador Álvarez Tomé, que ordenó su fichaje tras observar las evoluciones del jugador en su anterior club, el Mensajero. Miguel Ángel Herrero no esconde que desde el principio se ha encontrado con un inconveniente no esperado ni deseado, como es la contratación de un futbolista para su puesto. «Vengo con muchas ganas, entre otras cosas porque ya no me acordaba de lo que era un entrenamiento. La enfermedad ya es historia y ahora sólo pienso en estar bien cuanto antes, aunque sé que voy a tener que hacer un esfuerzo extra, pero me encuentro con muchas ganas y si salí de una difícil enfermedad, me siento con fuerzas para estar al máximo en poco más de un mes», señaló el jugador con rotundidad. Incluso, el jugador cántabro matiza: «Lo único que deseo es que el club antes de tomar una decisión compruebe mi progresión física. Sé que ahora mismo estoy en desventaja con el resto de la plantilla. Soy consciente de que el que mejor conoce mi cuerpo soy yo. Siempre he confiado estar en un mes a pleno rendimiento. Otra cosa es lo que piensen los dirigentes y los técnicos. Si va a llegar un jugador nuevo, está claro que habrá que dar una baja, pero mientras tanto seguiré trabajando. Quedar fuera no gusta a nadie. Si no me encuentro en condiciones sería el primero en decirlo. Otra cuestión es que ya esté decidida la baja».