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Ademar reserva billete a octavos de final de la mano de los jóvenes

Yeray Lamariano, Perales, Raúl Entrerríos y Prendes abanderan un triunfo amplio en Austria.

Publicado por
Miguel Ángel Zamora - enviado especial | lustenau
León

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Abierto por lo bajini el debate en torno a la idoneidad de mantener la filosofía de confección de plantilla con los jóvenes por bandera, Ademar certificó el acceso a la siguiente ronda europea al mando de un puñado de pipiolos. Al club le asiste, dice, la necesidad de adecuar los tiempos económicos que corren a las posibilidades del mercado. Y así, Raúl Entrerríos, Perales, Yeray Lamariano y compañía, conforman la nueva hornada, de cuya mano León ya está en octavos de final de la Copa de Europa. Cadenas encuentra su hábitat natural más cómodo rodeado de promesas en ciernes, y los números ahogan las teorías. Así que, despedida la crisis, no hay más que discutir. Idónea o no, ésta filosofía es la que funciona. Ademar ya tenía espíritu y gana ahora en nombre. De lo primero, porque ha recuperado las ganas de vivir al mismo ritmo de vida que siempre le caracterizó, y de lo segundo, porque con su condición de presunto campeón de grupo -es el equipo del cuarteto al que más significación se le ha concedido en Austria- sacó de la pista en apenas veinte minutos al último vencedor de la Liga austriaca-. León se apunto una de las defensas más encomiables que ha conocido su andadura de competición este año, y aún con un bajo registro de Jorge Martínez mientras duro en pista como titular (1/11) y de ocho errores en lanzamientos hasta el descanso, la escuadra de Manolo Cadenas se marcó una de las de que se note que estoy aquí válida para dejar resuelto medio partido al intermedio. Defendió muy bonito Ademar. Stian Vatne ha hecho escuela en Carlos Prendes, y como quiera que confianza el mundo rueda de otra manera, al asturiano le están saliendo partidos redondos. Sólo de acuerdo a esa premisa se comprende que Hard, que encontró los problemas justos para el lanzamiento en León, se quedara por debajo de la decena de goles en los primeros veintidos minutos de partido. Riesgos asumidos Cadenas decidió jugársela para el ataque. Desvió la presión del entorno de Perales anunciando a Julio Muñoz como supuesto sustituto de Metlicic para el lateral derecho, y en realidad, mandó a esa plaza a Raúl Entrerríos, bien es cierto que por espacio de 12 minutos escasos, porque luego, hubo cambio de planes. No importó mucho porque Perales anda con ganas de demostrar y Raúl de confirmar, y los dos brillaron de nuevo. No fue nunca por detrás en el marcador, y eso jugando en Copa de Europa y fuera de casa, no está al alcance de cualquiera. Así que, de la seriedad del bloque de Cadenas, emanó una especial fuerza interior, que llevó al dominio absoluto del partido desde el arranque. Justo cuando León hizo la primera diferencia interesante para el marcador (3-6) sobrevinieron un par de errores en ataque que habilitaron el subsiguiente parcial de devolución de recado, que generó un empate testimonial. No estaba Hard para dar demasiados sustos, y en realidad, el mínimo canto de sirena de los austriacos, respondió más a la voluntad de quedar bien con la afición que a la consciencia real de que se pudiera hacer algo notable en algún momento del partido. Así que, cuando Cadenas abrió la ruleta de movimientos en el banquillo, y Héctor ganó la plaza de Colón para hartarse de forzar penaltis y Julio Muñoz cogió la derecha, por intentar darle otro toque a la primera, el marcador empezó a hacerse grande y largo para el interés español (11-18). Yeray Lamariano firmó la primera lesión seria de la temporada en el Palacio. Lesionado por mala suerte en pretemporada, ayer se cobró la parte que le debía su sino. El retorno de Kasper puede dejarle sin sitio en el primer equipo, pero lo que tiene ya bailado, no se lo quita nadie. Y con todo eso ganó León el partido. Y con los goles de Kjelling, y con los penaltis de Roberto y con el trabajo en bloque, en suma, del combinado marista. La segunda parte resultó un añadido obligado, que no necesario. Sirvió para ver en acción a Curuvija finalizando con acierto desde la esquina, y para contemplar los únicos momentos de aprietos, que no agobio (19-23) pero cuando Yeray empezó a tocar bolas y recuperó Ademar la dinámica de los robos de balón, el partido quedó muerto de forma definitiva. La tarde y el partido acabaron plácidos.

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