León gana con poderío a un Melilla que sólo exhibió sus malas artes
Llorente se bastó desde la línea de triples para romper un partido con un final lamentable
Baloncesto León logró ayer una victoria que tuvo un sabor agridulce. Por una parte el equipo sumó un triunfo que le permite seguir pugnando por la plazas de play-off y demostrando una interesante solvencia en la cancha, pero por otra la pareja arbitral permitió una serie de personales en la recta final al Melilla sin pitar ni una sola antideportiva que llevó a que la violencia de desmadrase y lo pagase la rodilla de Mosley. Y es que el regreso de Estévez Camiña a la cancha leones no estuvo exento de sus habituales polémicas. Hasta el descanso pasó desapercibido pero en el tercer cuarto se «despertó» y no para perjudicar a León sino para realizar una sintonía de desatinos que al final dejó descontentos a unos y a otros. A Julio González se le buscaron personales donde no había y al final la ausencia de ni una sola antideportiva cuando la violencia era palpable y ya Urreizti había rozado la lesión la acabó pagando muy caro Mosley. La grada leonesa pudo contemplar por vez primera a la pareja extranjera entonada de forma simultánea, a pesar de que las personales pitadas a Onyekwe le obligaron a perderse buena parte del partido, mientras Mosley exhibía sus grandes dotes de tirador exterior. El inicio del partido tuvo como protagonista al pívot Lluis Bancells que hizo un verdadero alarde desde la línea de tres y consiguió sumar ya 25 puntos antes del descanso. El Melilla era eso, Bancells y poco más. León echó en falta a Carlos Martínez especialmente en materia defensiva y sólo cuando Mosley logró frenar a Bancells en la segunda parte el equipo empezó a dominar claramente el tanteador, una situación a la que ayudó la racha de Pepe Llorente, realmente espectacular, en la que no faltaron ni triples ni penetraciones. El partido dejó claro desde el primer momento que sería muy distinto a los últimos jugados por León y que en este caso no se impondría las defensas por lo que el tanteador sería amplio. León arrancó con muchos problemas en defensa lo que permitió al Melilla abrir una primera renta (11-20) que parecía peligrosa. Pero fue sólo un atisbo y cuando León empezó a centrarse en la pista el equipo se metió rápidamente en el partido. El arranque del segundo cuarto fue protagonizado por la lesión casual de Williams. El equipo de Jareño ya lideraba el tanteador, una situación que ya no varió y que llevó a la grada también a despertar y «meterse» en el partido tras un inicio un poco frío. El castigo de los triples de Lluis Bancells impedía a León terminar de despertar, pero cuando la racha se frenó el Melilla se convirtió en un pobre equipo sobre la pista. El equipo africano insistía en buscar el atajo de los triples y ya se suman todos los jugadores pero su espectacular resultado en el primer cuarto se había quedado dormido en el banquillo. Los extraños nombres del Melilla pasaban por la pista sin que el equipo sacaba a nadie dispuesto a exhibir algo del otro mundo. Tras el descanso el partido se sumió en una etapa de desaciertos, y aunque el Melillla despertó un poco antes cuando León se centró en defensa volvió a abrir una renta de media docena de puntos. Los pívos de León habían cogido la medida a Balcells, que sólo fue capaz de anotar sus primeros puntos cuando habían transcurrido seis minutos y medio, y fue a través de dos tiros libres. En el ecuador del cuarto y ante las carencias del banquillo, Jareño tuvo que poner en pista a Llorente a convivir con Urreizti. El equipo se fue arriba de once y sólo la cuarta personal de Onyekwe, que le llevó al banquillo, impidió que la ventaja fue escandalosa. León pagó cara la ausencia del nigeriano en ataque y el Melilla aprovechó para protagonizar una tímida remontada cuando sus triples volvieron a entrar. El tercer cuarto se cerró con la primera «exhibición» de la pareja arbitral. A Julio le siguieron por toda la pista tras realizar una protesta y le acabaron señalando una personal que levantó a toda la grada al unisono. El cuarto definitivo lo abrió Pepe Llorente con dos triples consecutivos y que se completaron con otro de Mosley que elevaron la renta a 19. El partido parecía que ya no tendría historia, porque el intento de Melilla para ponerse en zona había quedado desbaratado. Pero León no puso conservar la calma en la pista -con el incalculable apoyo de la pareja arbitral- y aunque su renta siempre fue importante los nervios se hacían patentes con cada canasta del Melilla, ahora liderado por sus bases. El eterno final de personales del equipo visitante no aportó nada más que enfado a la grada y a León, que castigó con dos triples en los cinco segundos finales al Melilla.