La fácil eficacia del Real Madrid se impone a la dureza del Olympique (1-2)

La eficacia del Real Madrid se impuso a la dureza del Olympique en Marsella, donde el equipo de Carlos Queiroz, sin rotaciones y con su mejor once durante 82 minutos, a pesar de haber sacado ya el billete para la siguiente fase, sumó sin brillo su cuarta victoria en la Liga de Campeones. Aunque era el partido más esperado para Zidane, que volvía a casa, el francés no pudo deslumbrar y fueron Beckham y Ronaldo quienes virtualmente aseguraron la primera plaza de los blancos para afrontar la vuelta de octavos de final en el Bernabéu. Porque para que el Madrid no termine líder de grupo tendría que perder en su casa ante los portugueses por más de dos goles, y esa posibilidad se presenta como un sueño irrealizable para el Oporto. Un disparo a puerta en toda la primera parte, y a balón parado, fue suficiente para que el Madrid se fuese con ventaja al descanso ante un incómodo y agresivo Olympique. La falta de la que dispuso Beckham acabó en la red con la colaboración del portero, que estaba adelantado y no cubrió bien su palo, y los blancos, después de sufrir la agobiante presión y las patadas de los franceses, se pusieron por delante sin haber llegado ni una sola vez con peligro. A pesar de su pobre rendimiento ofensivo, los de Queiroz sí tuvieron que soportar las zancadillas, los pisotones y los agarrones del Olympique, con el checo Vachousek a la cabeza, que desde el principio avisó a Beckham de lo que esperaba a los visitantes en el Velodrome. También Zidane, el jugador más pitado por un público que odia a los madridistas, aunque fue ovacionado al ser sustituido, estuvo a punto de verse obligado a terminar antes del descanso su primer partido europeo en Marsella, porque recibió un pisotón de Mido al tobillo en el centro del campo, aunque el «crack» francés pudo continuar. Zidane no pudo destacar en su casa, porque el Olympique cerró todas las vías de organización de los visitantes, que siempre buscaron a Figo, y el portugués no pudo sacar un buen centro desde la banda ni una sola vez. Raúl y Ronaldo pasaron desapercibidos en el primer tiempo, y el Madrid, muy discreto y sin detalles, no forzó en ningún momento, porque estaba más preocupado por las entradas del rival y los balones robados por los franceses y su salida en velocidad hacia Mido o Drogba. Los dos delanteros del Olympique tuvieron una ocasión de gol cada uno al inicio del partido tras recibir en profundidad, y a pesar de su lucha, la falta de calidad de los franceses en el centro del campo quedó en evidencia ante un Madrid que aunque estuvo dominado, ofreció orden, tras un arranque preocupante, y su habitual pegada. Tras unos minutos de control absoluto del Madrid el empuje del Olympique en el arranque de la segunda mitad dio pronto sus frutos. Ante un Madrid que aguantaba atrás y no quería ningún riesgo, los franceses empezaron a poner en apuros a Casillas. En el empate no tuvo la culpa sin embargo el portero, sino Zidane, que quiso hacer un favor al equipo de su tierra y dejó pasar a Vachousek para que su centro lo cabecease el egipcio. Además, Casillas salvó al Madrid en el minuto 85 con una mano milagrosa a remate de Drogba. Cuando el Olympique puso en peligro el triunfo madridista fue cuando el equipo se fue con más decisión hacia la portería contraria, y gracias a una gran acción hilvanada puso el 1-2. Ronaldo, que había perdonado de cabeza unos minutos antes, culminó la ofensiva blanca en la que colaboraron también Figo, Zidane y Raúl.