Cerrar

Ademar gana un partido que tuvo perdido y pudo acabar en empate (25-26)

León se quedó con cuatro jugadores a dos minutos del final pero encontró la suerte de cara

Publicado por
Miguel Ángel Zamora - enviado especial | granollers
León

Creado:

Actualizado:

El asunto este de las rachas, aquello de que Ademar no haya sido capaz de ganar nunca en la vida en Gáldar, o que costara media vida romper la tradición de Santander, tiene también su parte alternativa. Cadenas no ha perdido nunca en Granollers con el escudo de la flor de lis, y ayer su equipo ganó un partido que siempre fue perdiendo y que llamó a empate en muchas fases. Cadenas apostó en el arranque por Julio Muñoz como lateral derecho en el cupo de novedades sobre el siete previsible que afrontó el arranque de partido. A la vista de que los problemas iniciales estaban más en el ataque que en la defensa -Cavar probó a salirse fuera a la vista de que en el pivote no recibía, e incluso hubo momentos de doble pivote- Perales tomó en doce minutos el mando del equipo y desplazó a la derecha a Raúl Entrerríos, pero aún con el marcador comprimido (8-7) tampoco estaban ahí las soluciones al asunto. La formación vallesana estaba cómoda en el tipo de partido que le interesaba, efectista en algunas de las acciones de José Luis, sólido en el 5-1 defensivo y especialmente jaleado por su sentida hinchada. Ni por las malas Vista la imposibilidad de poder con Vatne por las buenas, Cavar hizo lo indecible por sacarle la primera exclusión de partido al noruego, pero cuando lo hizo, el efecto fue nulo. Sucedió lo mismo del otro lado, cuando Viver dejó a los suyos con uno menos, porque el ataque leonés, aún con las siete paradas de Kasper hasta el intermedio, no daba de sí suficiente como para empezar a abrir el partido. A tres minutos del descanso, León salvó un set ball con pinta de pelota de partido. Jugaban los de casa para poner en +3 la máxima diferencia inicial, después de un gol de genio de Cavar, por la espalda y cayendo, cuando Malmagro resultó excluido, Kjelling hizo un tanto inverosímil de los suyos de siete metros y devolvió al partido la política de gol arriba, gol abajo, en la que andaba metida la noche. Y con el penúltimo experimento ofensivo de Cadenas, que mandó al lateral derecho a Roberto y a Krivochlykov, murió la primera parte. O no del todo. Los tres últimos segundos de partido reservaban un descomunal despiste defensivo marista que habilitó a Raúl Campos espacio para lanzar sobre la bocina, y entre que fuera de casa estas cosas tienen siempre el mismo color, y que cuando la agudeza anda de vacaciones, el primer tiempo dejó color local en el tanteador (15-14). Mínimo, por no perder la costumbre. Seguir por los mismos derroteros en la segunda parte no le dio al partido cara nueva, y León se colocó otra vez al borde del k.o. mediada la segunda parte, pero salvó de nuevo el -3 gracias a la situación de inferioridad que generó Raúl Campos. Si acaso, las individualidades de Kasper fueron dejando algo de vida en el haber de un equipo que pareció pedir la puntilla por momentos, León. Ni se dejaba terminar de matar el bloque de Cadenas ni acertaba a poner de su lado la posibilidad de mandar en el partido. Así que el envite se convirtió en un cúmulo de errores, en el que Ademar se iba llevando la peor parte, con un bache anotador que dejó dos goles en el tanteador visitante en el espacio de 11 minutos. Y aún así, Granollers seguía especulando en el cómputo general (22-21). Pasó Colón a hacer pareja con Vatne en el centro del 6-0 marista, ayudó lo indecible Héctor haciendo de 2 en la zaga, y los pases a bote entre las piernas de los pivotes siguieron haciendo de José Luis Pérez Canca ese genio que anda suelto por las canchas de media España. Cambia el decorado Fue entonces cuando cambió todo el decorado del partido. Juanín decidió poner, por fin, un poco de orden en el carrousel de pérdidas, resbalones, faltas en ataque y demás, y devolvió las tablas al marcador y Roberto (22-23) entregó a León el mando del partido que no tenía desde el tercer minuto y Krivochlykov hizo la primera ventaja seria con sello leonés (22-24). ¿Todo hecho? No, demasiado fácil. Como en el cine, quedó lo mejor para el final. Colón se fue a la calle por un exceso de celo defensivo, Héctor por una metedura de pata arbitral de cuidado, y con cuatro en pista para los dos minutos que faltaban y una falta flagrante sobre Roberto que quedó sin pitar en una acción defensiva, estaba el partido tan negro, que ganar sólo podía ser fruto de la casualidad. O de la fe. Más por lo segundo que por lo primero, Juanín buscó con tino la exclusión de Raúl Campos. Y la encontró. Había empatado Granollers (25-25) pero para jugarse las cartas decisivas, en pista era asunto de cinco contra cinco. Estuvo más listo Ademar, y Kasper salvó la última bola. Y la racha. Ademar sigue agarrado a su particular Liga. Y llega Europa de nuevo.

Cargando contenidos...