León invita a soñar al ofrecer una noche de auténtico espectáculo

Las gradas del Palacio de Deportes recibieron ayer desde la pista una invitación a soñar. Hacía ya mucho meses que la afición no disfrutaba de un partido tan bueno de su equipo. Y es que no faltó ni el espectáculo ni tampoco la intensidad en la pista. León recoge los frutos y su buen nivel defensivo -está dejando a los rivales en 75 puntos de media- contagia ya a su ataque y anoche ofreció una auténtica exhibición de principio a fin ante un equipo cargado de figuras pero que nada pudieron replicar a los de Ángel Jareño. La victoria de ayer tiene muchas lecturas y es que combinada con las derrotas de Menorca y Algeciras garantiza ya la plaza de play-off para León incluso sin conocer el resultado de tres partidos, que en caso de ser favorables a los de Jareño aún les permitirían subir plazas en la clasificación. La Copa del Príncipe es un sueño aún lejano pero todo es posible si el equipo de Jareño mantiene el nivel de las últimas jornadas. El partido arrancó con una primera canasta del Tarragona en la que fue su única ventaja en la pista porque León aplicó desde el primer momento una sólida defensa al rival que combinaba con un Onyekwe líder en el ataque. Los de Jareñó arrancaron las primeras rentas desde el inicio del partido y a los cinco minutos ya sumaban cinco tapones que otorgaron importantes contraataques para empezar a romper el partido. Con 18-8 en el electrónico el Tarragona empezó a exhibir su impresionante banquillo, pero León anotaba fácil bajo el aro porque si a Onyekwe se lo ponían difícil le entregaba una asistencia a Julio para que solventase. El Tarragona intentó apurar su presión sobre Urreizti, pero León solventaba fácil cerca del aro y llegó a tener quince puntos de ventaja en los últimos instantes del primer cuarto. Tras el parón mejoró la defensa sobre Onyekwe, pero Mosley aprovechó para despertar en ataque y el partido se sumergió en una auténtica guerra de triples, en la que de repente se vio metido Javi Llorente cuando lo reclamó Jareño para otorgar un descanso a Iker Urreizti. El joven canterano, en su debut con el equipo en competición oficial, solventó con notable una situación en la que el rival se había puesto a solo puntos y fue capaz de empujar a sus compañeros hasta recuperar una ventaja próxima a la docena. La defensa de León se había recolocado y el tiro exterior del Tarragona ya no era tan fácil por lo que la tranquilidad regresó al Palacio de Deportes. Tras el descanso, León salió en tromba. Ya no se conformaba con ganar, quería empezar a solventar la lacra que le suponía el basketaverage tan negativo heredado del inicio de la liga. Tarragona estaba grogui sobre la pista y los Jareño lograron tras un triple de un imparable Onyekwe elevar su renta a los 22 puntos (66-44), lo que llevó a Pep Clarós ha cambiar en un tiempo muerto y la práctica totalidad de los jugadores de la pista, con la excepción de Chagoyen, ya que Douglas tenía cuatro personales. Pero es difícil jugar contra un equipo al que le sale todo y el cuarto se cerró con un parcial de 23-13 que había roto definitivamente el partido. Pero aunque el Tarragona no encontraba soluciones no quería salir humillado del Palacio de Deportes y peleó hasta la última jugada. Los de Jareño controlaban los tiempos y ofrecían jugadas espectaculares que ponían en pie a toda la grada. Del Tío hacía la guerra por su cuenta, pero la renta apenas bajaba. La presión catalana en la pista no le dio ningún resultado porque en León todos los jugadores saben subir el balón sin problemas. Mosley protagonizó una espectacular jugada, que exhibe el desconcierto catalán, en la que tras fallar un triple fue corriendo a recoger el balón y la jugada acabó en un duro mate. León ya vivía unos porcentajes razonables, lo que le frenó disparar más la renta y en los minutos finales quedó tiempo para que Javi Llorente regresase junto a Mario Díez, y con Loren. Los tres lograron anotar y sus canastas fueron especialmente celebradas. Pero el partido aún reservaba una sorpresa final y sobre la bocina F.J. Martín anotó un triple desde el centro que impidió una ventaja final de 30 puntos.