Adiós a la Operación Talento

HACE SÓLO DOS AÑOS que el Comité Técnico de Árbitros dio a conocer lo que según ellos era la mejor forma de encontrar a los futuros árbitros de Primera División. Los que han seguido mis comentarios era la manera de proceder para que los colegiados de Tercera División ascendieran a Segunda División B. Las cabezas pensantes del estamento arbitral han tardado solamente dos años, menos mal, en darse cuenta que habían fracasado en la, según ellos, denominada «Operación Talentos» y se han dado cuenta que, aunque lo que hay ahora tampoco es la mejor opción de ascenso, si es mejor que la anterior. Parece ser que los gastos que conllevaba esta fórmula y los resultados negativos que ha ofrecido, han llevado al Comité Técnico de Árbitros al viejo sistema de ascensos para la categoría de la Segunda División B. Espero que este dinero que se van a ahorrar lo aprovechen para mejorar el arbitraje y no desaparezca, no se sabe dónde, como ha sucedido en el destinado a la también recién creada hace dos años y denominada por ellos «Escuelas», que ni funcionan correctamente, ni reciben el dinero prometido para su cometido. Ahora también deberían cambiar el sistema que existe de información arbitral en Segunda División B, ya que de esta manera están consiguiendo que no desciendan los peores árbitros de la categoría y que en ocasiones, las menos, sean los propios colegiados los que buscan, con sus decisiones, la complicación de los encuentros, con la única finalidad de intentar obtener una buena puntuación. Esto se debe única y exclusivamente a que el nivel de los informadores que actúan en la Segunda División B y que tienen la misión de puntuar las actuaciones arbitrales en todos los encuentros tampoco, que son los que no deberían existir. En suma, la «Operación Talentos» no ha ofrecido los frutos para los que se creo, pero más porque las bases promarias flojean más de la cuenta, sobre todo por lo que se refiere al sistema de ascensos y descensos en las diferentes categorías, sobre todo en la que se refiere a la Segunda División B y Tercera. En sólo dos años lo que se había configurado como el no va más dentro del mundo del arbitraje, por las cabezas más pensantes, ha derivado en el más absoluto fracaso.