La indolencia del Milan facilita la hazaña de los célticos en San Siro

El Celta consiguió clasificarse para los octavos de final de la Liga de Campeones tras ganar al Milan en su campo y favorecido por la victoria del Brujas ante el Ajax. Los vigueses supieron remontar el tanto inicial de Kaká y ofrecieron en la segunda mitad un recital de ocasiones ante un conjunto italiano relajado en exceso. Lotina apostó por un planteamiento a priori más ofensivo de lo habitual, con tres centrales y dos hombres como Ángel y Juanfran más extremos que laterales. De este modo, el poblado medio campo celeste optó por tocar el balón ante un Milan presionante, pero tampoco en exceso. A los italianos apenas le duraba la pelota en los pies, lo que permitía al Celta buenas posibilidades de armar el ataque. El balón circulaba con cierta facilidad hasta la línea de tres cuartos de los milanistas, pero las evoluciones de los olívicos eran demasiado lentas como para sorprender a la inédita zaga rival. El ritmo pausado beneficiaba al Milán, que poco a poco se hizo con el control del partido, llegando a posiciones claras de disparo ante Cavallero. Justo lo contrario le sucedía al conjunto vigués, que con el paso de los minutos perdía cualquier atisbo de ocasión de gol. El Celta era más que previsible y sus acciones terminaban casi siempre en centros sin sentido de Ángel y Juanfran. Por momentos, el dominio del Milan en la primera parte llegó a ser total y Cavallero se convirtió en el principal protagonista de los gallegos. Mala señal para un equipo que necesitaba la victoria. Ni con las noticias procedentes del Brujas espabilaba el Celta. Con este panorama, lo lógico era que marcara el Milan y así sucedió a cinco minutos del final, gracias a un disparo desde fuera del área de Kaká. Complicadas se ponían las cosas para el Celta, pero sólo un minuto después Jesuli lograba empatar en el primer disparo a puerta de los gallegos. La actitud de los de Lotina cambió en la segunda mitad, con las líneas más adelantadas y buscando la portería contraria. Hubo oportunidades, pero el gol no llegó hasta el minuto 71, gracias a un remate de José Ignacio en el área pequeña. En esos momentos el Celta se veía en la siguiente fase.