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La Real confirma el pleno español aunque acabó pidiendo la hora (1-1)

Los donostiarras siguen reñidos con la victoria y se quedaron en empate con el Galatasaray

Alkiza pelea con Tamas la posesión del esférico en Anoeta

Publicado por
Luis Larrañaga
León

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Con más sufrimiento de los necesarios debido a su superioridad, la Real Sociedad logró clasificarse para los octavos de final de la Champions. Los donostiarras, a quienes la victoria hace tiempo que ha dado la espalda, se vieron obligados a remontar el gol inicial de Hakan Sükür. La primera mitad puede resumirse en un minuto, el 25. Tras la salida de un saque de esquina botado por Gabilondo, Schürrer aprovecha la cantada del colombiano Mondragón y cabecea un balón que, cuando ya se colocaba, fue sacado sobre la línea por Sabri. Treinta segundos después, la contra de los turcos llega a pies de Berkant, quien, al recibir la presión de los tres defensores donostiarras, cede a un desmarcado Hakan Sükur. El «Toro del Bósforo» salvó la salida a la desesperada de Alberto e hizo enmudecer a Anoeta. Si para los realistas, la de Schürrer había sido la primera de sus ocasiones, para los de Fatih Terim fue la única. El técnico del Galatasaray había anunciado la víspera que, pese a necesitar imperiosamente la victoria, su equipo no iba a salir al ataque. No mintió. El conjunto turco cedió desde el pitido inicial el balón a los de Denoueix, que dominaron sin problemas, buscaron bien ambas bandas, sobre todo la izquierda con Gabilondo, pero, al igual que les ocurre en los últimos tiempos, fueron incapaces de encontrar el justo premio a los méritos contraidos. Ni De Paula, ni Nihat, ni Rekarte acertaron con la portería del exguardameta del Real Zaragoza, por lo que, aunque injustamente, los donostiarras se fueron al descanso en desventaja. En la reanudación, la Real mostró que, si moría, sería luchando. Afortunadamente, tardaron poco los donostiarras en nivelar el marcador. Gabilondo no acertó en el minuto 47 a rematar bien un centro desde la derecha de Rekarte al que llegó forzado. A la segunda, tres minutos después, De Paula no perdonó. Los de Denoueix ganaron en confianza y, si ya en la primera mitad se vieron superiores al Galatasaray, en los segundos 45 minutos refrendaron aún más esta superioridad, aunque paradójicamente las ocasiones de gol fueron menos. Cuando los turcos se vieron en la necesidad de conseguir un gol, cuando se apreciaron las carencias ofensivas del Galatasaray lejos de Estambul. Como los realistas no supieron matar el partido, el rival intentó quemar todas sus naves en los últimos quince minutos y la Real acabó pidiendo la hora.